Un vuelco al pasado

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Hace 7 años atrás.

En el reino de Mándala se hacía una celebración llamada "La nigromancia del agradecimiento", este era un festival anual que se realizaba para agradecer a las Wiccas todos sus servicios que hacían en nombre del reino.

En este festival se ejecutan desfiles que conmemoraban las acciones que realizaban estos poderosos hechiceros, como ganar guerras, curar personas, realizar pociones para los ejércitos de diferentes naciones, etc. Al final del día se realizaban torneos de las diferentes escuelas de hechicería en distintos campos, los ganadores podrían pertenecer al consejo real de Wiccas, así podrían ayudar y tener mejores recompensas.

Obviamente como en cualquier festival, siempre estaban los puestos ambulantes, pero estos eran especiales porque los vendedores, aunque tenían dulces, ropas finas, joyas, etc. Los que más llamaban la atención eran los que vendían amuletos y pociones. Estas pociones no eran muy poderosas y te deban alguna habilidad un tanto rara por un par de minutos, como volar, volverse invisible, hacer burbujas solo juntando tus dos dedos, etc.

Por los puestos corría una niña con cabello corto de color castaño, mientras era seguida por un carruaje real, en este había dos personas que gritaban que se detuvieran.

-Atrápenme papis, atrápenme- Decía la pequeña niña sonriendo.

-Ochako por favor detente, te dije que era mala idea que le compraras esa poción-

-Lo siento querida, ella me rogó y no puedo decirle que no-

La princesa corría a gran velocidad sin hacer caso a quienes la seguían, poco a poco comenzó a bajar la velocidad, pero se detuvo cuando chocó contra una niña de pelo rubio largo.

-Ouch- Dijeron ambas chicas mientras se frotaban la cabeza.

-Realmente lo siento no veía por donde iba- Dijo Ochako mientras le daba la mano para ayudarla a levantarla.

-No te preocupes- Sonrío y luego le soplo un polvo un tanto extraño de color rosa.

La pequeña niña, tosió y se sentía algo extraña, nuevamente vio a la niña, pero su corazón palpitaba más rápido, sus pupilas se agrandaron y sus mejillas se sonrojaron. Nunca antes había sentido esto. Anteriormente había visto niños muy lindos, incluyendo al príncipe de Aura que según muchos era muy lindo, pero para ella solo era un pesado, antes de volver a articular cualquier palabra, llegaron los reyes.

-Ochako, ¿te hiciste daño? – Pregunto la reina mientras examinaba a la pequeña y volteaba la mirada con enojo para ver al rey.

-No, mamá, tranquila estoy-

-Sus majestades, realmente lo siento no quise hacerle daño, por favor perdónenme- Dijo la niña haciendo una reverencia con los ojos llorosos.

-No te preocupes, fue un accidente- Habló finalmente el rey, tratando de calmar la situación.

-Si, Esta bien niña, disculpa no sabemos tu nombre- Declaró la princesa.

-Oh, lo siento, soy Toga Himiko-

-Es un nombre muy bonito-

-Gracias-

-Bueno, ya debemos irnos, ¿Dónde están tus padres? - Habló la reina.

-Yo no tengo padres, hace unos meses unos ladrones masacraron a mi familia y vago sola por las calles desde entonces.

-Pobrecita, tranquila tenemos un buen orfanato en la capital, te llevaremos hacia allá.

Al oír esto la sonrisa de Toga se desvaneció hasta que escucho a la pequeña princesa.

-Mamá, no podemos dejarla sola ahí.

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⏰ Última actualización: May 09, 2023 ⏰

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