Capitulo 1

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Me gusta su voz, su elocuencia, talento para brillar. Él tenía una chispa la cual se extinguió mucho antes de que yo pudiera recordarlo.

Desde mis primeros tiempos, solía ir a los restaurantes a escuchar en las radio las melodías que representaba y en eventos especiales, cantaba. Compraba cualquier periódico donde se hablara de él, donde se contaran sus grandes hazañas en los negocios de las comunicaciones, siendo un diestro genio de los negocios. Lo admiraba mucho más que cualquier otra persona, incluso siendo un niño yo decidí seguir un camino igual de brillante que el suyo, para poder así un día tener negocios con él. Habría sido el mayor honor poder hacerlo, sin embargo, mi modelo a seguir: Alastor, el hombre de la radio, murió en su mayor época de gloria.

Fue una noticia poco comentada en el estado donde yo vivía, sin embargo supuse que en el lugar de donde él era originario (Nueva Orleans) se vivió mucho más revuelo. Lastimablemente, siendo un niño en ese entonces, no pude conseguir muchos detalles de su muerte así que me dediqué a solo seguir coleccionando cosas sobre Alastor. Llevándome al hoy en día.

¡Buenos días, Nueva Orleans!, ¡Pero que buen día tenemos hoy!. — Todas las mañanas me gustaba escuchar viejas grabaciones que habían de ese locutor, de sus maravillosos y viejos programas de radio.

Buenos días, mi buen hombre. — Yo contestaba siempre pausando un momento la grabación. Muchas veces llegaba a pensar que sosteníamos verdaderas conversaciones. — ¿Qué tal está el clima hoy?.

El cielo está despejado y un abrazador sol nos da la bienvenida al verano. ¡Saquen las bebidas frías, hará calor durante todo el día!.

¿Qué día es hoy?.

Mitad de semana. Miércoles veinte de julio de mil novecientos treinta y dos. ¡Dos días más para el fin de semana, así que, hagámoslo bien!.

Muchas gracias. — Me recargué sobre el respaldo de mi silla y suspiré cuando terminó la grabación, siempre con deseos de más, de solo escucharlo unos cuantos minutos más.

Señor, — Golpearon la puerta de mi oficina, cedí el paso así que mi asistente pasó. Un delgado muchacho, siempre serio y con unos ojos que podrían petrificar por lo fríos que eran. — Veo que ha decidido escuchar por segunda vez hoy uno de los programas de Alastor.

Me ayuda a mantenerme inspirado. — Respiré como si el aire hubiera cambiado. — Además, solo fue una grabación corta donde da los buenos días.

Espero entonces se sienta lo suficientemente de humor ahora ya que la entrevista para la nueva linea de estufas está por comenzar. — Me toqué el puente de la nariz, había olvidado que eso era hoy.

¿No iba a darla John?. — El líder de ese departamento, por algo lo había asignado a esa parte.

Él se rompió la pierna esta mañana mientras venía aquí. Resbaló en las escaleras de la cafetería que está a dos calles y aunque no fue tan aparatoso se rompió el peroné así que está en el hospital justo ahora. Por tanto, tendrá que atender usted.

Bien. —  Después de todo era el director de la corporación, quien mejor que yo para dar a conocer al publico lo que yo mismo diseñé. Me levanté y salí de la oficina para bajar al salón de eventos, ahí se haría la presentación ante todos los medios.

- ¡Buenos días, director Vox!. - Me saludaban todos los empleados cuando me veían pasar. Yo correspondía para mantener la buena reputación.

Alimento para televisores ( Vox human x Alastor human )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora