Sam vive una tranquila vida en Paris en el trabajo de sus sueños. Un día, por accidente, descubre que su vida no es la que creía, ni su origen el que pensaba. De repente, todo cambia y todo lo que conocía debe quedar atrás.
¿Qué ocurre en la vida de...
- ¿Tú teléfono está bien? - preguntó Bruce mientras tomaban un café en la sala de descanso.
- Sí...pero si empieza a funcionar mal, ya sé dónde reclamar - contestó Sam riendo.
¿Cómo un tío que trabaja con los vengadores, es más, un vengador, decide estudiar partículas de cuerpos en descomposición,pudiendo estar cogiendo a los malos? - preguntó con total sinceridad mientras echaba sacarina en su café con leche.
- Sam...- respondió enseguida Val dando a entender que esa pregunta sobraba.
- No, tranquila Val, la curiosidad es el estado natural de un científico - respondió Bruce a la interrupción de su amiga a Sam.
Los vengadores no siempre están atrapando malos. También, y aunque no lo parezca, hacemos otras cosas. Llevo varios años estudiando las partículas sub-atómicas en distintos fluidos post-mortem pero mis tareas como vengador no me dejan trabajar el tiempo que necesito en este proyecto. Ahora que todo está más calmado, puedo dedicarle más tiempo. Es por eso que decidí venir unas semanas para adelantarlo con Val, y presentarlo en la conferencia del mes que viene en Nueva York.
Dime Sam...¿alguna vez has estado en Nueva York? - preguntó Bruce tras su explicación.
Sam levantó la vista del café, y mirando a su amiga empezó a responder.
- La verdad es que no he tenido la oportunidad nunca, y mi querida Val ha ido unas cuantas veces, pero nunca me ha invitado... - decía mientras sonreía, con cierto tono de burla en su voz.
- Ooohh vamos Sam. Siempre estás super ocupada, cuando no estás haciendo un máster, estás en una conferencia de medicina, o vuelves a España a ver a tu padre y amigos - contestó una Val algo ofendida.
- Bueno, tal vez si te apetece y te viene bien, puedes venirte con nosotros a Nueva York. Prometo que la conferencia no será nada aburrida... - dijo Bruce sonriendo y alzando las manos.
- ¿Sabes Banner? Creo que aceptaré la oferta...- dijo mientras se levantaba de la mesa y sacaba la lengua a su amiga Val.
- Me deben aún días de vacaciones del año pasado,así que creo que haré el super esfuerzo de irme a Nueva York a padecer... - añadió sarcástica.
Tras veinte minutos, las forenses decidieron seguir con su trabajo. Bruce y Val fueron al despacho de ésta para seguir con el proyecto y la presentación, mientras Sam volvió al vestuario para colocarse de nuevo el mono y accesorios requeridos para autopsiar.
- Chicos, disculpad que haya hecho el descando tan pronto, tenía que salir con Val a conocer a un colega suyo. ¿ Por donde íbamos?
Al ver el cuerpo en la mesa, recordó las livideces y la respuesta del vengador a su pregunta.
- Vale si...que no se había suicidado, sino que había sido intoxicado con CO2.
Sam dedicó toda la mañana, como todos los días, a autopsiar. Realizó ella sola las siete autopsias como favor a su colega para que pudiera adelantar parte de su proyecto.
Cuando acabó, entró de nuevo al vestuario y tras una ducha rápida, se colocó la ropa limpia que guardaba en su mochila de deporte.
Volvió a ponerse un pantalón vaquero, y el mismo jersey que se había puesto por la mañana. Se secó el pelo y se hizo una coleta alta.
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Al terminar, se acercó al despacho de Val y allí vio a su amiga y su nuevo colega hablando con un power point proyectado en la pared blanca, justo al lado contrario de la ventana.
- ¿Qué tal chicos? Yo ya he terminado. Por cierto Val me debes una. No veas como estaba el saponificado. Tengo el olor guardado en la pituitaria por lo menos una semana... - dijo Sam poniendo cara de haber sufrido al recordar esa autopsia.
- Aún nos queda mucho, y ni de lejos vamos a acabar ni hoy, ni mañana. Así que, ¿que os parece si nos vamos a comer? Nos lo hemos ganado. Os invito vamos... - contestó Val levantándose de su silla.
- A mí me has convencido Val... - dijo un Bruce realmente animado.
- No creas que me devuelves el favor sólo invitándome a comer hoy... - contestó Sam a su amiga riéndose y agarrándola por los hombros.
- Un saponificado es otro nivel y lo sabes... - añadió mientras salían del despacho.
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Dos semanas transcurrieron desde aquel día,y Bruce y Val habían ultimado su trabajo. Por fin estaba listo para la presentación de la semana siguiente, y Sam estaba entusiasmada con la idea de irse de viaje.
Había hecho buenas migas con Banner, y era un tipo que realmente le caía bien. En esos días, los tres salieron a comer, cenar, y ella le había preguntado acerca no sólo de sus trabajos, sino de su vida, sus compañeros vengadores, y sobre se alter ego Hulk.
Por fin aquel día cogería un vuelo directo de Paris hasta el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy. Eran las doce de la mañana cuando un aviso llegó a su teléfono móvil. El taxi que había pedido la esperaba en la puerta de su casa.
Recogió todo el equipaje, y besó en la cabeza a sus pequeños Frodo y Ellie.
- Os voy a echar de menos. La señora Dubois vendrá todos los días, y no notareis que me voy diez días.
Sam se quedaría en Nueva York diez días. Su billete de vuelta estaba fijado para el doce de mayo, y ahora sólo pensaba en todo lo que disfrutaría en esa ciudad.
Revisó que llevaba el billete, pasaporte, equipaje, teléfono móvil y sus pastillas para el estrés y el mareo. Le encantaba viajar, pero siendo sinceros, los viajes en avión le estresaban. No le gustaba volar, nada de nada.
Se puso un abrigo de colores,se colocó el pelo y cerró la puerta con llave. Descendió las escaleras y al llegar a la puerta vio ese taxi de color negro con su cartel de "taxi parisien" en el techo.
Sonrió mientras saludaba al taxista que la esperaba para ayudarla con el equipaje.
