✧┊chapitre deux

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«𝐢𝐝𝐲𝐥𝐥𝐞»

Una injusta y cruel sanción fue el resultado de un falso testimonio hacia él.
Una oscura y solitaria prisión era la alcoba del segundo heredero de Chaening.

Un padre lleno de ira y una mentira, marchitaron el corazón de Kim TaeHyung la noche previa.

No fueron suficientes sus súplicas,
no fueron suficientes sus lágrimas,
no fueron suficientes sus palabras.

—SJJ

Trigésimo día del duodécimo mes del año, 1414; 7:37 am

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Trigésimo día del duodécimo mes del año, 1414; 7:37 am.
Reino de Chaening; calabozos del castillo

Oscuridad, dolor, lágrimas.

Una respiración errática, cansada y de dolor, se podía percibir muy de fondo en el tétrico lugar. Aquel lugar oscuro, lleno de telarañas y polvo, totalmente descuidado; aquel lugar en que un guardia ríe ante el sufrimiento de su príncipe, mientras su compañero de vigilancia solo observaba. Aquel lugar en el que yace la persona más pura y desdichada del palacio; aquel lugar que ahora acunaba y consolaba con su gélido aire, a su Alteza, el príncipe TaeHyung.

El vivo recuerdo de lo que sucedió la noche anterior está reflejada en la acaramelada, y ahora, maltratada piel del doncel. Su delicada espalda está decorada por diversas marcas, algunas grandes y otras más pequeñas e incluso imperceptibles, que iban de un color morado potente, a un tenue verde oscuro, como el vestido, o lo que quedaban de esa rota y sucia tela, que intentaba cubrir los dolorosos y frescos golpes del pelirrubio. 

Al igual que su espalda; sus brazos y su pecho, también estaban herido, con gruesos arañones, como si se hubiera peleado con algún felino callejero.

Su tierno rostro joven, esta cubierto de polvo y lágrimas secas. Sus pomposas mejillas están coloreadas de un intenso color rosado, como un tupirán del jardín del palacio, producto de las largas horas que paso llorando por su dolor físico y sentimental. Sus dulces labios sabor al fruto de la pasión, que besaban con amor los diamantes del Santo Rosario que le heredó su madre antes de morir, estaban resecos y rotos, con un rastro de sangre, por el golpe que propició su Majestad la noche previa. 

El olor de la ira y el dolor, perfumaban los pasillos y celdas de la prisión subterránea, oprimiendoel corazón del único cautivo del lugar.

Junto a la creciente aflicción del joven doncel, el amanecer de un nuevo día se empezaba a apreciar en el cielo. La estrella mayor comenzaba a asomarse de entre las montañas, subiendo con pereza hacia en el rojizo cielo de la época de verano; al mismo tiempo, los exámines* párpados del príncipe empezaban a abrirse en la penumbra de su solitaria celda; carente de calor.

Los luceros oscuros, visualizaron lo que estaba a su alcance dentro del lóbrego lugar. Al inicio, TaeHyung se extrañó por no sentir la suavidad y calidez de su colchón de plumas de cisne y las tiernas caricias de su fiel sirviente deseándole un buen día lleno de alegría y productividad

- idilio ✦ ktDonde viven las historias. Descúbrelo ahora