✧┊chapitre un

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«𝐢𝐝𝐲𝐥𝐥𝐞»

El amor hacia los hijos es algo hermoso, es étero, es majestuoso. Es darlo todo a cambio de nada. Es entregar tu corazón sin reproches, sin resentimientos, y sin temores.
Es dar tu vida, para darles vida. 

Es algo que siempre quise sentir, y al tenerlo, me lo arrebataron de la manera más cruel. 

—SJJ

Vigésimo sexto día del primer mes del año, 1415Reino de Chaening: A Afueras de la Capital

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Vigésimo sexto día del primer mes del año, 1415
Reino de Chaening: A Afueras de la Capital

Yacía cerca del mediodía, el sol brilla y le daba luz a todo lo que se veía. El cielo despejado, totalmente azul celeste; el pueblo había dejado de lado sus labores, y comenzaban a aglomerarse en la plaza principal, por lo que estaría por suceder frente al gran palacio del Reino de Chaening, el Reino de los secretos.

Los duros cascos de un caballo resonaban con fuerza, golpeando duramente la tierra y levantando el polvo a su paso. Era un animal veloz, que, por cada pisada, le daba una gota de esperanza a aquella persona pálida y de ojos negros que lloraba desgarradoramente, con la cabeza hundida en la oscura y sucia melena de aquel équido. Porque su corazón no soportaba haber recibo esa noticia. 

La probable ejecución de la persona a la que más amaba en el mundo.

Hace dos días, mientras preparaba su almuerzo, escuchó varios golpes desesperados desde el otro lado de la puerta de su hogar. Una de sus vecinas le aviso de un comunicado que daría un mensajero proveniente del Reino de Chaening, y que aparentemente tenían que ver con aquel que desapareció hace varios meses. 

Rápidamente apagó la leña con la que cocinaba. Y se encamino, igual de veloz hasta la plaza principal; vio a la mayor parte del pueblo ahí reunida, que esperaban impacientes aquel anuncio. Algunos especulaban acerca de este, otros escuchaban con disimulo aquellas teorías.

—¡Su Majestad, Kim MinSuk, Rey de la honorable nación de Chaening!, ¡ha encontrado a los traidores! ¡Quienes se escondían en territorio enemigo! — anunció el mensajero con firmeza. —La sentencia para ambos infieles de nuestra religión y de nuestros pueblos será ejecutada en los tres días posteriores de la publicación de este anuncio. 

Al escuchar esas palabras, sintió como si le arrebataran parte de su vida, otra vez. Sintió la falta de oxígeno en su interior, comenzó a temblar y tambalearse, a la par que negaba con la cabeza. En su cabeza había una gran confusión.

Aún recuerda la última vez que lo vio, estaba desesperado por marcharse, mientras alistaba un poco de sus pertenencias, incluyendo joyas de mucho valor y gran parte de su último sueldo, también había incluido algo de provisiones cómo para durar una semana fuera de casa. Se retiró el anillo que traía puesto en el dedo anular, aquel anillo que sería el culpable de esa desgracia.

- idilio ✦ ktDonde viven las historias. Descúbrelo ahora