𝐈𝐃𝐈𝐋𝐈𝐎 ✦ Al cumplir diecinueve años, el príncipe TaeHyung, segundo heredero del Reino de Chaening, es obligado a casarse con Choi MinHo, futuro Rey de Huseon, quien intenta enamorarlo con preciosos obsequios.
El gran error que MinHo cometerá...
¿Qué es el amor?, ¿por qué anhelamos con tanta fuerza encontrar a alguien con quien compartir nuestro amor?, ¿por qué morimos por sentirnos amados?, ¿por qué luchamos por el amor?, ¿por qué tenemos fe en aquel sentimiento que es efímero?
No se hayan las respuestas a las incontables dudas de mi marchito corazón, el corazón que amó tanto y que también lloró por mucho tiempo a causa de ese falaz sentimiento. Para mí, amar es mentirse a uno mismo con un mundo de fantasías, amar es igual a caer en un pozo profundo, amar... no es más que sufrir.
-SJJ
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—Oh Dios mío, no me permitas pecar contra ti, ni contra los que me han entregado su confianza. Quítame la vida de ser necesario, antes que mi corazón termine por pertenecerle a ese hermoso doncel.
—Oh TaeHyung, si hubiera sabido que harías esto en mí, créeme que jamás habría venido a Chaening, jamás me habría dignado a volver a ver tu rostro lleno de luz.
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Vigésimo quinto día del tercer mes del año, 1411; 10:23 am. Reino de Chaening; plaza mayor.
Los alrededores de la plaza mayor del reino de Chaening estaban repletas de vendedores que provenían de distintas partes del reino, trayendo consigo diversidad de vegetales y legumbres que se cosechaban en las fértiles tierras que había en esa nación. Los campesinos ofrecían sus productos con vivacidad, hacia los empleados de la nobleza y realeza que caminaban por ahí en busca de los alimentos que hacían falta para los nobles.
Era un ambiente caótico pero agradable, la mezcla del ruido causado por el movimiento de todos los presentes, las carcajadas, el repiquetear de las monedas y el aroma de los alimentos, tales como el pan recién horneado, junto con los finísimos vinos. A su vez, se hacían presentes las fragancias de los perfumes que eran importados de otros reinos e inciensos para ambientar sus hogares, haciendo más ameno el lugar para aquel peculiar viajero que curioseaba entre la variedad de productos.
Entre la gran diversidad de fragancias, destacó el aroma de unas hierbas que captaron su atención, haciéndolo retroceder para poder observarlas mejor. Sobre una mesa, examinó a una de ellas, tenía hojas pequeñas y arrugadas, muy arrugadas, además de la forma de estas, que era como un triángulo invertido y con los bordes redondeados, al lado, estaba un racimo de hierbas color verde intenso, con hojas un poco más estiradas y con una sutil forma de corazón, parecía una gardenia pequeña. Al final decidió comprar ambas para un amigo médico que tenía en una tierra lejana, y que pensaba visitar en un par de días.
Pagó diez monedas de oro por ellas y se marchó del puesto con el paquete de hierbas bien envuelto. Se dirigió al establo que había alquilado para que puedan cuidar de su caballo durante los días que estaba en esa nación. Al llegar, le entregó al encargado el pago del día, y se retiró hacia al mesón que estaba contigua al establo, que también era propiedad de la misma persona.
