La última plaga
La brisa de azufre y carne podrida maloliente
pasa por todas las calles de Egipto, lentamente.
La muerte se llevará a todos los niños, cruelmente.
¡Pobres almas inocentes!
Fuisteis primogénitos de estos ignorantes,
los que no pintaron sus puertas de casa con sangre.
El letal aura, con impiedad, atravesó Egipto
y el pueblo al día siguiente se avivó a fuertes gritos.
El faraón despierto fue hacia su mujer, despacito.
¡Oh, pobre hijo suyo!
Nunca llegará a heredar lo que le correspondía
porque la cuna del pequeño niño estaba vacía.
¡Esclavos, marchaos ya lejos de estas tierras malditas
por vuestro Dios, querido Señor Todopoderoso!
¡Que no vuelva a oír de vuestras almas tan encarecidas
por este vuestro tan consagrado Dios tenebroso.
Y se fueron de Egipto libres los hebreos,
celebrando dicha emancipación tan esperada,
la cuál tristemente no duró tanto tiempo.
Nota de la autora: El más largo hasta ahora, ¿eh? Con referencias bíblicas (no soy religiosa, pero igualmente se me ocurrió escribirlo).
Este tiene métrica perfecta, al igual que el de la hermana. Creo que este poema y el de Maldita Hermana son los poemas que más me han costado.