CAPÍTULO VII - DESTINO

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Los héroes están hechos de los caminos que eligen, no de los poderes con los que fueron agraciados —Brodi Ashton, Everneath.


Al ser la diosa más longeva de todos, Rei invocó un portal que los llevaría directamente a la barrera entre los mundos —para reparar las grietas que Kaminari y Momo le habían infligido— y posteriormente a la corte, donde enfrentarían al consejo de dioses acerca de la unión que permanecía pendiente.

Todos portando sus túnicas y con Izuku y Katsuki al frente, se adentraron en el portal.

Conforme el salón principal de la corte se iba materializando a su alrededor, los murmullos y comentarios se hicieron más audibles para todos.

—¿Cómo se atreven a irrumpir así después de haber desaparecido en el día de su unión?

—¿Vendrán arrepentidos y dispuestos a finalmente unirse?

—No nos corresponde a nosotros juzgarles, eso le compete solo al universo...

—¿Dónde está el dios del fuego? ¿vendrá para celebrar su unión?

De entre toda la marea de comentarios que iban y venían, una voz conocida destacó.

—¡¡Izuku!!

El peliverde buscó de dónde había provenido el llamado, hasta dar con aquella que lo había concebido y criado.

La diosa de la bondad se abrió paso entre los dioses menores y mayores presentes, importándole poco las formalidades y solemnidades preestablecidas.

—¿Dónde estuviste este último año? ¡tu padre y yo hemos estado tan preocupados! —Con sus manos, Inko tomó gentilmente el rostro de su hijo, y fue grata su sorpresa al hallar un brillo en sus ojos que antes no estaba ahí.

—Creí que no lo notarían... —Izuku sintió cómo su corazón se estrujaba en culpa por haber mantenido en angustia a su madre—. Después de todo, ustedes llevan existiendo mucho más tiempo del que se pueda contabilizar.

—Eres nuestro precioso hijo —Inko acarició el cabello del dios de la paz—. Es cierto que el tiempo para nosotros es distinto de como lo es para los humanos, pero aun así siempre estaremos pendientes de ti.

Izuku cerró sus ojos y se permitió disfrutar de la muestra de cariño de su madre, que le ayudó a reforzar su valor para enfrentar el juicio que vendría.

Juicio que no se hizo esperar.

Pues justo en el centro de la corte, de una fiera llamarada hizo su aparición el dios del fuego.

—No es mi intención menospreciar tu emoción causada por el retorno de tu hijo, Inko, pero debemos posponer la celebración y atender al asunto más urgente que ha quedado sin resolver. —Enji habló, con su voz imponente y su imagen avasalladora.

—Es por ello que estamos aquí, dios Enji —Izuku dio un paso al frente, seguido por Katsuki—. Para poner un fin a esto.

—¿Eso quiere decir que finalmente permitirán que sea celebrada su unión? —El dios del fuego avanzó hasta quedar frente al par de jóvenes dioses, pero al hacerlo, se pudo percatar de una presencia que no había notado, una presencia que le hizo parar en seco—. ¿Rei?

El siempre estoico gesto del dios del fuego palideció, y lo que bien pudo ser una expresión de sorpresa combinada con culpa, fue plasmada en su rostro.

—He regresado, y traigo noticias de interés para todos conmigo, pero primero necesitan resolver la cuestión que tienes en frente. —Rei habló con tranquilidad y diplomacia, a la par que les indicaba a todos sus acompañantes que la siguiesen hasta la sillería de la corte para tomar asiento y no generar distracciones.

El destino de un dios || TodoDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora