Primera Parte

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—Nu... Nuri... ¡Nuriel! —una voz conocida resonaba a lo lejos con ligera molestia. Yozo despertó de golpe y choco con la cabeza del dueño de aquella voz—. ¡Auch! Hey, ¿Qué te sucedió? llevabas dos días dormido.

—¿Eh? ¿Dos días? —interrogó el chico ladeando la cabeza—. ¿Dónde estamos?

—Mondstadt. —respondió su contrario, haciéndolo sorprende— Te he traído , ¿Verdad que soy realmente amable?

—Claro, Childe. —musitó ''Nuriel'' desviando la mirada—. Entonces debo averiguar si nuestra alianza con los Caballeros de Favonius es fiable, ¿No?

—¡En efecto, mi querido décimo heraldo!

—No me llames así... —suspiró—. Bien, vuelve a Liyue... Tú tienes cosas que tratar con ese tal Zhongli.

Los pasos de Yozo, quien en ese mundo era llamado ''Nuriel'', fueron dirigidos a la entrada de la dichosa ciudad de la libertad, aquella que era resguardada por el poder del Arconte Anemo. a primera instancia fue una molestia, pero siendo este a quién apodaban La ''Marioneta'' de los once heraldos Fatui, su actuación fue completamente perfecta en la entrada... Tal y cómo si un ventrílocuo estuviese moviendo los hilos de su voz para hacer su actuar tan creíble cómo si fuese realidad todo lo relatado.

Pasó por la primera guardia sin mucho trabajo y se le fueron entregados algunos papeles que lo marcaban cómo visitante especial de Mondstadt, a quien le dieron cierta libertad y un... Interesante acompañante de azuladas ropas, cabellos y orbes, del cuál uno era oculto por un parche. Su nombre era ''Kaeya'' un presunto capitán de los caballero de Favonius, y seguramente de quien más se debía cuidar, al igual que mantenerse en sus cercanías para llevar a cabo su misión.

—Te llevaré a un buen lugar. —comentó Kaeya con una sonrisa zorruna.

—¿Un buen lugar? —interrogó Nuriel ladeando la cabeza con curiosidad, siguiendo su andar—. Oh. . . Señor Kaeya. . . Esto es una taberna.

—Eres mayor de edad, ¿No es así? Beber un poco no te hará ningún mal, Nuri.

« ¡¿Nuri?! » pensó Nuriel con el ojo completamente cuadrado ante el apodo de Kaeya, quien entraba tranquilamente a la dichosa taberna con el nombre ''Obsequio de Ángel''.

Nuriel siguió al hombre en silencio mientras sus rojizas perlas eran de deslizarse por los cálidos alrededores. El lugar era acogedor, tenía una suave música animada que iba completamente acorde con el ambiente... Y justo a escasos metros de a la entrada, un pelirrojo de cabellos largos agarrados en una coleta baja, se mostraba con una expresión de pocos amigos.

—Hola, Diluc.~ —saludó Kaeya al acercarse a la barra—. Te he traído un nuevo cliente. Es un invitado especial... El chico la ha pasado muy mal de camino hacia acá.

—Uh... Un gusto, señor Diluc. —saludó Nuriel con sutil reverencia.

—¿Eres de Inazuma o Liyue? —interrogó Diluc, dejando ligeramente petrificado a Nuriel.

—I-inazuma... —respondió el chico nerviosamente.

—He escuchado bastantes cosas de ese lugar... Su Arconte no parece ser la más amable de todos. —expresó Diluc mientras Kaeya tomaba asiento y llamaba a Nuriel a qué le acompañara—. Hay una ley que ha revocado el derecho de la gente a tener visiones... Y sin embargo, tú aún posees una; ¿Me equivoco?

—Así... Así es. —respondió Nuriel con timidez, tomando asiento a un lado de Kaeya y quedado justo frente a Diluc—. Mi visión está intacta... Pero no podría decirte la razón. No lo sé. Desperté a las orillas de una playa cercana a un lugar llamado "Aguaclara" o algo así... Y un hombre llamado Turner me dijo que viniera aquí para pedir ayuda de los caballeros de Favonius.

—Hmm... No creo que te ayuden demasiado. —comentó Diluc con pesar, haciendo que Nuriel notara el poco gusto del pelirrojo por lo que eran los caballero, ¿Sería el mismo caso con Kaeya? Por la forma en la que evitaba su mirada... Así parecía—.  En todo caso, yo podría ayudarte.

—¿Ayudarme? —Interrogó Nuriel, llevando a Diluc a asentir con suavidad—. Sí le parece bien, me encantaría.

Nuriel sonrió con dulzura hacía el pelirrojo. De alguna manera, Diluc le infundía una confianza aún más grande que la que sostenía con Childe; cómo si lo hubiese conocido desde hace tiempo, y la sutil sonrisa de los labios ajenos le hacía creer que pudiese  existir la pequeña posibilidad de que ciertamente se hayan conocido hace algún tiempo, más jamas le había visto hasta ahora.

¿Entonces me abandonaras, Nuri~? —interrogó Kaeya cómo si fuese un pequeño cachorro triste.

—Por supuesto. —respondió Diluc en el lugar de Nuriel, quien apenas pudo llegar a separar sus labios, sin soltar palabra alguna—. Tú unicamente buscaras la forma de aprovecharte de sus favores, cobrandocelos en algún momento.

—Ow, eso es tan cruel, Maestro Diluc. —Kaeya se hizo el ofendido con claro sarcasmo para luego beber un poco de su copa—. ¿Eh...? ¿Por qué me miras así?

—De alguna forma siento que las palabras del señor Diluc son autenticas. —respondió Nuriel mirando a Kaeya como si aquel fuese algún tipo de estafador, aunque luego sonrió con dulzura— Pero no se preocupe, señor Kaeya... Ya no tendrá que perder su tiempo con un simple vagabundo de Inazuma.

—Pero-

—Ya lo haz escuchado. Lo llevaré a la posada en la que me hospedo, así que no tendrías porque preocuparte... Si es que lo haces de verdad. —interrumpió Diluc al poner una botella de vino al frente de Kaeya, de manera estentórea... Era sorprendente que la botella no se rompiera, incluso se notaban las venas de molestia en la mano del pelirrojo—. ¿Estarás bien con eso?

—¿Eh, yo? Uh... Sí, claro. —finalizó Nuriel con una dulce sonrisa agradecida.

La platica sobre el acompañante de Nuriel se decidió en ese momento, sin darle oportunidades a Kaeya de decir algo más al respecto y cambiando el tema a uno más agradable en el que se basaron durante gran parte de la velada.

Las 3:43 de la madrugada finalmente llegaron y la hora de cerrar la taberna. Diluc pateó a Kaeya fuera del lugar y acompañó a Nuriel hasta la entrada donde puso llave tras salir... Sin embargo, sus planes de ir directo a ''casa'' fueron frustrados por cierto joven de baja estatura y risueños rasgos. El joven era alguien de cabellos oscuros y puntas turquesa —al igual que sus orbes—, junto con una vestimenta verdosa... Su apariencia era algo androgina al igual que su voz, pero no cabía duda en Nuriel, de que aquel era un varón.

Uriel... —musitó aquel desconocido con asombro.

—¿Hum? Lo siento... Mi nombre es ''Nuriel'', no ''Uriel''. —comentó el ojicarmín hacía el asombrado bardo.

—Venti, ¿Qué te trae por aqu-

—¡No, tú eres Uriel! —exclamó Venti interrumpiendo a Diluc al señalar a Nuriel, quien lo miraba con aun más extrañeza; ¿Estaba ebrio?

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⏰ Última actualización: Jul 17, 2021 ⏰

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