Capitulo 2

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Tan pronto había terminado la clase salí corriendo sin dejar algún rastro, corrí por todo el pasillo, la ansiedad llega a cierto grado de dificultad que me asfixia mientras me ahogo en un simple vaso de agua.

El tiempo solo era un simple complemento, un instante, un momento algo me hizo parar de correr, había un eco que provenía del otro lado de los vestidores, una conversación entre dos personas no se les podía ver quiénes eran solo era dos simples siluetas murmurando idioteces.

—¡Devane! —Un susurro detrás de mí me hizo volver, luego de tomar mi brazo y sujetarlo.

—¿Qué haces aquí? —Un momento de silencio paso luego de poder responderle.

—¿Qué haces tú aquí? —Devolví la pregunta a Saul.

—He venido por un encargo, no deberías estar aquí. —Dijo intentando hacerme a un lado.

—Sera mejor que te vallas, anda márchate o podría decirle a la directora que has estado en este sitio que no te corresponde. —Me vio fijamente a lo ojos luego de agacharse.

—¿Me iré, pero antes una cosa donde esta David? —Le lance una mirada ingenua esperando que respondiera.

—Está en la cancha de futbol, ¡Devane!, aléjate de él o terminaras perdiendo la poca gordura que hay en ti.

—¿Sabes algo que yo no Saul? —Su mirada fría me causaba una tormenta entre lo que soy y lo que quiero ser.

—El amor y el karma a veces pueden llegar en el mismo paquete, ahora puedes hacerte a un lado me estas estropeando la entrada. —Me hizo a un lado con la fuerza de su cuerpo voluminoso.

Había una pequeña espina en mí que perturba mi conciencia, ¿Por qué Saul no ha querido que entre a esa aula? Hay algo que me está ocultando y no es nada bueno.

Mi maldita insistencia me llevo a ver a David a la cancha, pareciera que se esconde mí. Odio contestarles los mensajes, aunque me sature el buzón, temor a que Susan le revise el maldito móvil y atente contra mí.

Sin pensármelo más ahí estaba el sentado sobre una de las bancas recargado sobre la pared, no había nadie más solo éramos nosotros dos intentando encajar en esta vida solitaria, teníamos tanto en común que las razones por las cuales no estábamos juntos eran infinitas.

Se pasaba los dedos sobre su linda cabellera, mientras su vista se perdía en la nada.

—Hola —salude luego de sentarme a su lado.

David no voltio a verme seguía manteniendo una postura y vista a la nada.

—¿Qué haces aquí Devane? —Preguntó en voz baja luego de introducir su mano sobre uno de los bolsillos de su pantalón para luego sacar una cajetilla de cigarros.

—¿Quieres uno? —Me ofreció un cigarrillo antes de que el tomara uno.

—No deberías de formar dentro del instituto. —Le dije luego de rechazar sus cigarrillos, la ansiedad me mataba aun si intentaba contenerme.

Él estaba muy seguro de lo que estaba haciendo, no dijo ni una sola palabra luego de encender su cigarrillo para luego inhalar las partículas.

—Alguien puede vernos —Insistí en que apagara su cigarrillo.

—Si te molesta puedes irte hay mucho campo si no te has dado cuenta, no te necesito.

—¿Qué ocurre contigo? —Le grite, nunca antes me había hablado de esa forma.

—No creo que a alguien le importe, es mi último año quieres dejarme solo. —insistió con una voz calmada y en un tono bajo.

Cuál era su maldito problema conmigo, si el problema era conmigo era preferible que me lo dijera no importa si fuera de manera más arrogante y dejar esta farsa que me explotar.

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⏰ Última actualización: Jul 16, 2021 ⏰

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Miseria detrás de un amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora