¿Por aquél beso salado? - Me preguntó ella.
Por aquél beso salado, reina - Le respondí mientras sonreía.
Venga princesita, ve a comer - Le dije y al mismo tiempo le dí una palmadita en el trasero.
Ya voy, ya - Me dio un beso y al rato me soltó - Te amo bebé.
Fui a casa a preparar la comida para mi hermana que estaba abajo en la piscina de la comunidad y para mi madre y mi padrastro que salían de trabajar justamente a esa hora.
Mientras ponía la mesa me encendí un cigarro, y justo entró mi madre - MIERDA -pensé.
Mi madre estaba intentando dejar de fumar por problemas de salud. Lo apagué enseguida y puse la mesa lo más rápido posible. Mientras comíamos me sonó el móvil, era un mensaje de Andreea:MD Twitter:
Andreea: ¿Qué haces baby?
Yo: Comiendo amor.
Andreea: Ay, perdón. Buen provecho bebé. Tan solo quería preguntarte que a qué hora quedaríamos para ir a la piscina. Contéstame cuando puedas, te amo ❤.
Yo: Bebé, a las 4 estate en mi portal y bajaré e iremos a la piscina, te amo beba.
Justo cuando me estaba despidiendo me gritó mi madre - En la mesa es de mala educación estar con el móvil, ¿tú ves a alguien que esté con el móvil? - La miré con mala cara, bloquee el móvil y comí lo más deprisa que pude para ir a preparar la mochila para bajar a la piscina y ponerme el bañador.
Eran las 16:00 pm ya, y ella no aparecía. Siempre suele tardar - cómo se esté maquillando... - pensé - aunque pida perdón por llegar tarde, no le hablaré - añadí en voz baja para mí.
Eran las 16:15 pm, ya estaba en el portal super sofocada, parecía que había corrido, y exactamente hizo eso.
¿De dónde viene así? - Le pregunté riéndome y a la vez intentando poner cara seria.
Metió la mano en su mochila y sacó napolitanas de jamón y queso.
Solíamos desayunar y merendar napolitanas todos los días.
Toma bebé, estas dos para ti, y el zumito - me dijo extendiendo el brazo dándome las cosas.
No hacía falta baby, haberte comprado para ti, y te robaba un bocadito pequeño - le dije riéndome.
Sí hombre, que tú con un 'bocadito' te llevas media napolitana - me respondió con la sonrisa apunto de explotarle.
Dejó la mochila, y no podía esperarme.
La cogí tal cual, con chanclas, con los pantalones cortos y el top que llevaba y - AL AGUA PATITA - grité. Puso una cara de congelación total. Yo no paraba de reírme.Es tan bonita - pensé.
Ahora me toca a mí - dijo ella.
Ah, ¿que quieres que te tire de nuevo? Vale - dije yo riéndome e intentando cogerla.
NOOOOO, que me toca a mí tirarte, SUÉL... - Me decía a gritos, pataleando cómo una niña pequeña y mordiéndome el culo.
Pobrecita, no la he dejado ni acabar de hablar - me dije riéndome.
