C.3 Él

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¿Por aquél beso salado? - Me preguntó ella.

Por aquél beso salado, reina - Le respondí mientras sonreía.

Venga princesita, ve a comer - Le dije y al mismo tiempo le dí una palmadita en el trasero.

Ya voy, ya - Me dio un beso y al rato me soltó - Te amo bebé.

Fui a casa a preparar la comida para mi hermana que estaba abajo en la piscina de la comunidad y para mi madre y mi padrastro que salían de trabajar justamente a esa hora.

Mientras ponía la mesa me encendí un cigarro, y justo entró mi madre - MIERDA -pensé.
Mi madre estaba intentando dejar de fumar por problemas de salud. Lo apagué enseguida y puse la mesa lo más rápido posible. Mientras comíamos me sonó el móvil, era un mensaje de Andreea:

MD Twitter:

Andreea: ¿Qué haces baby?

Yo: Comiendo amor.

Andreea: Ay, perdón. Buen provecho bebé. Tan solo quería preguntarte que a qué hora quedaríamos para ir a la piscina. Contéstame cuando puedas, te amo ❤.

Yo: Bebé, a las 4 estate en mi portal y bajaré e iremos a la piscina, te amo beba.

Justo cuando me estaba despidiendo me gritó mi madre - En la mesa es de mala educación estar con el móvil, ¿tú ves a alguien que esté con el móvil? - La miré con mala cara, bloquee el móvil y comí lo más deprisa que pude para ir a preparar la mochila para bajar a la piscina y ponerme el bañador.

Eran las 16:00 pm ya, y ella no aparecía. Siempre suele tardar - cómo se esté maquillando... - pensé - aunque pida perdón por llegar tarde, no le hablaré - añadí en voz baja para mí.

Eran las 16:15 pm, ya estaba en el portal super sofocada, parecía que había corrido, y exactamente hizo eso.

¿De dónde viene así? - Le pregunté riéndome y a la vez intentando poner cara seria.

Metió la mano en su mochila y sacó napolitanas de jamón y queso.

Solíamos desayunar y merendar napolitanas todos los días.

Toma bebé, estas dos para ti, y el zumito - me dijo extendiendo el brazo dándome las cosas.

No hacía falta baby, haberte comprado para ti, y te robaba un bocadito pequeño - le dije riéndome.

Sí hombre, que tú con un 'bocadito' te llevas media napolitana - me respondió con la sonrisa apunto de explotarle.

Dejó la mochila, y no podía esperarme.
La cogí tal cual, con chanclas, con los pantalones cortos y el top que llevaba y - AL AGUA PATITA - grité. Puso una cara de congelación total. Yo no paraba de reírme.

Es tan bonita - pensé.

Ahora me toca a mí - dijo ella.

Ah, ¿que quieres que te tire de nuevo? Vale - dije yo riéndome e intentando cogerla.

NOOOOO, que me toca a mí tirarte, SUÉL... - Me decía a gritos, pataleando cómo una niña pequeña y mordiéndome el culo.

Pobrecita, no la he dejado ni acabar de hablar - me dije riéndome.

FríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora