Ese mismo día Marcy volvió a vomitar ni bien había comido en la cena con sus padres, y estos claramente se alarmaron y decidieron llevarla de una vez por todas al hospital.
No tardaron mucho en atenderla ya que a esas horas no había mucha gente, al estar en el consultorio le preguntanron lo que tenía y esas cosas, pero al final de la revisión solo terminaron mandándole unas pastillas.
Esto solo iba a empeorar el estado de Marcy.
La cantidad de alcaloides en el cuerpo de Marcy iban a seguir aumentado sin darse cuenta.
¿Porque?
Por culpa de la flor.
La flor que crecía en Marcy era una amapola real, estas flores son solitarias y terminales. Nada fuera de lo normal, pero por lo general esta flor es muy utilizada en la industria farmacéutica gracias a sus alcaloides ya que suponen también una fuente de sustancias activas como la morfina y la codeína, utilizadas como analgésicos para calmar el dolor.
Esa era la razón por la que Marcy estaba tan fatigada, y como la cantidad de alcaloides subía los efectos secundarios de estos no se hacía esperar. No tardaría mucho y presentar depresión respiratoria. Tampoco tardaría mucho en toser los pétalos cubiertos de sangre.
Pero hay que ver el lado positivo.
No iba a sufrir mucho dolor cuando la flor haya crecido lo suficiente para matarla.
Solo era cuestión de tiempo para que Marcy se diera cuenta de lo que tenía.
¿Y aunque fuera consiente de lo que tenía?
¿El resultado cambiaría?
Tal vez lo haría pero tristemente este no es el caso.
Marcy no lo sabía...
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