Capítulo VI: Instinto dormido.
Marco Díaz no era alguien violento, nunca lo fue, prefería hablar de sus problemas a tener que liarse a golpes, pero se había peleado varias veces en su vida, muchas de ellas no las ganó, otras las ganó. Esta vez se encontraba obligado a vencer, Star estaba tratando de escapar, por segundos analizó la situación.
En la acera vio caminar a un oficial de la ley, quien al verlo cruzaron miradas.
-Ayuda - llamó Marco.
-Ni se te ocurra voltear - amenazó uno de los hombres que retenian al par - recuerda que Don Toffee no estará alegre de que lo hagas -
El oficial miró al moreno y a la rubia, volteó inmediatamente silbando, como quien intenta no ver lo evidente, ese gesto, y el grito de Star maldiciendo a todos mientras intentaba zafarse del agarre. Hasta que algo detonó dentro de él.
-¡Ya basta! - gritó quien sostenía a la rubia dándole un golpe en la boca que le causó un sabor metálico a la chica, la misma detuvo sus improperios por unos segundos hasta que un fino hilo de sangre salió de sus labios.
Marco volteó para verla, el cabello alborotado y salvaje, estaba quieta pero dentro de él, ver las lágrimas que caían de su mirada desafiante, se dio cuenta de que esta vez, estaba él a cargo de defenderla. Y ver como el oficial se iba, le recordó una pequeña frase de su padre, tan ínfima que lo hizo colocarse en pie para embestir a uno de los atacantes de forma violenta.
Por la sorpresa no pudo responder, Rasticore fue derribado violentamente y cuando su humanidad impactó en el suelo empezó a sentir golpes en toda su humanidad.
-¡Quítate insecto!- maldijo el superior de los atacantes.
-¿Qué? No seas un payaso Jazz, ¡Golpéalo! - comentó quien mantenía cautiva a la rubia
-Lamentarás haberme golpeado - sonrió ella con mucha malicia - ¡Vamos Marco!-
-Señor Rasticore - Jazz quien golpeaba el auto dijo asombrado, fue a retirar al moreno que cuando escuchó los pasos acercarse se puso en alerta para incorporarse.
Rápidamente dejó a Rasticore, quien con el cabello alborotado se intentaba recuperar del asombro, el castaño se puso en pie y empezó a golpear a su atacante, ágilmente evitaba los puñetazos hacia su humanidad, hasta que en un descuido usando la propulsión de un esquivo y la defensa abierta en el rostro clavó un derechazo que mandó a su enemigo hacia atrás.
-Tú insecto - Rasticore se incorporaba intentando sacar el arma de su saco pero recibió una patada en la barbilla.
Marco sentía su adrenalina al 100, se movía erráticamente y se volteó para ver a la rubia quien sonreía. Al verla gritó a quien lo miraba como si estuviere poseído:
-Suelta a Star - ordenó el castaño.
-¡C-cállate! - dijo el increpado quien se encontraba un poco temeroso.
Aprovechando eso la rubia pisó el pie de su raptor, quien soltó uno de los brazos de la rubia que volteó para darle un golpe seco, rápidamente el moreno corrió dándole un derechazo en el rostro, lo mandó al suelo. Con preocupación tomó a Star del rostro.
-¡Dios mío! - masculló muy agitado Marco y en un acto de total impulsividad la besó.
Aquel acto de unos segundos abrió los ojos de la rubia quien sintió que aquel sabor metálico de su boca, y el dolor en el rostro se estaban poco a poco desapareciendo. Se separaron mientras él le sonreía, ella no creía que ahora, se sentía en las nubes.
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Omertá: Starco UA.
RomanceNew Mewni es una ciudad común y corriente en los años 30 en los Estados Unidos, Marco Díaz era un simple taxista, en el barrio equivocado a las horas incorrectas. Una hermana que cuidar, una esposa esperando y un Don a quien servir, "La familia es p...