Boiling point | TodoBaku

punto de ebullición; capítulo único

Bakugō nunca fue avergonzado en su puta vida y se sentía tan erótico apoyado en el marco de la ventana abierta con los pantalones a los tobillos; desnudo y caliente dentro de la clase 3A al final del pasillo en el cuarto piso.

Hacerlo a escondidas después de clases era excitante y peligroso si los descubren, pero cada vez tenían un lugar nuevo para hacerlo y quizá sería porque Todoroki pensaba siempre en su novio, y más en clase, que al estar con él hacía cada cosa nueva que lograba derretirlo.

Disfrutaba gemir suave, sin recato, sucio y en un suspiro entre los chupones que Todoroki dejaba en el reverso de sus piernas y suaves mordidas en su trasero hechas con timidez y tomándose su tiempo. Lo abofeteaba y lamía el frenillo entre sus bolas a su entrada con el sutil aroma del suavizante de ropa impregnado en la piel, olisqueando y hundiendo el rostro en él.

Como estudiantes no tenían acceso al exterior de la academia ni podía conseguir condones o lubricante; de sustituto usaban aceite de coco resbalando sus dedos fríos y largos dentro del rubio. Primero uno. Conocía donde quedaba la sensibilidad de Katsuki. Su dedo se dirigió ahí, a su punto erógeno presionando y acariciando la próstata.

Se levantó, sintiendo las piernas adormecidas, y se hizo un lugar en la ventana junto a Bakugō sin dejar de estimularlo. Katsuki se estremeció sintiendo las rodillas flaquear, y se mordió el labio frunciendo el ceño.

Aún se sentía algo vacío por lo que el segundo dedo fue increíble. Levantó su trasero, un poco más, apretando el interior. Apoyó la frente en la cornisa regulando su pesada respiración.

Shōto se sintió desenfocado con una erección latente en su pantalón al escucharlo decir que no lo dejara correrse antes que él. Sus piernas flojas y sin fuerza quisieron ceder. No permitió que fuera así sosteniéndose en la ventana pero no soportó más terminando por correrse contra la pared.

─¡Mierda! ─musitó, mordiéndose la lengua. El medio pelirrojo sacó sus dedos de él. Estando duro y acalorado se bajó la bragueta y lo atrajo a su cuerpo frotándose en su culo grande.

─Katsu-... ─susurró besando el cabello rubio pinchando sus labios─. Katsuki... tu boca.

El rubio gruñó comprendiendo lo que quería el bastardo; al parecer no era el único prematuro de los dos. Dejó que sacara su verga mientras él se subía la ropa interior y se acostaba sobre el escritorio con la cabeza en la orilla.

Veía a Todoroki bombear su sexo desde abajo sobre su rostro. Apretando la base y subiendo cada vez más rápido, se masturbaba como un virgen y era una imagen que quería guardar en su memoria. Tan dulce, sincero y excitante. No había nada que no deseara más que tenerlo en su boca y darle todas las atenciones y placeres que su lengua podía regalarle.

Abrió su boca con su lengua rosada afuera, el medio pelirrojo aceptó esa invitación y acercó su sexo mientras seguía masturbándose más pausado contrayendo la pelvis.

Estaba cerca y se introdujo superficialmente en su boca, sus labios se cerraron ahuecando las mejillas y sacándolo de su boca. Todoroki suspiró, maldiciendo lo bien que se sentía.

Lo hizo un par de veces más antes de meterlo completo viendo cómo se hinchaba la entrada de la garganta al introducirlo. Fue lento. Apretó los labios y se corrió en abundancia llenando la pequeña boca de Katsuki, desbordándose por los costados de sus labios. Era tibio, ralo, insípido.

Katsuki no lo tragó y haló a Shōto de la corbata para besarlo, apretando sus labios contra los suyos en un beso sucio enrollándose a su lengua para que sienta lo ralo e insípido también.

─Necesito más ─susurró Katsuki de cabeza a Todoroki. No era suficiente y empezaron de nuevo, hirviendo en calor, sobre la silla de profesor.

Todoroki entró en él con palabras muy pobres y él se estremeció sintiendo su tamaño en su punto más alto de ebullición.