Ambos entraron a clase y sonó la campana de entrada.
Tuvieron sus clases como normalmente cuando de pronto la campana sonó inusualmente indicando un simulacro de incendio.
Todo el instituto fue evacuado en apenas un par de minutos, sin embargo Trevor tropezó justo antes de salir, arrollado por una multitud inmensa de alumnos despreocupados que corrían hacia el exterior sabiendo que aquello significaba una hora libre completa.
Al final, el último de toda esa multitud era Lars, el único que caminaba tranquilo hacia la salida sin ningún tipo de expresión fuera de la que ya lucía todos los días.
Este se detuvo junto a Trevor, lo tomó de la cintuta y lo alzó como si de un muñeco de trapo se tratase y siguió su camino, lo que causó en Trevor una expresión de asombro y confusión al mismo tiempo, quedando en pausa unos segundos antes de volver a emprender su camino hacia el patio central de la universidad.
A partir de ahí no hubo muchos más encuentros, terminaron las clases y Lars tomó el metro de vuelta a su casa mientras Trevor permanecía en el campus.
Tras una ducha con agua fría, Lars seguía sin poder quitarse esa mirada inocente de la cabeza, esa sonrisa tan dulce que parecía irreal y su peso de pluma, tan fácil de levantar.
Cenó algo aún dandole vueltas a aquel chico, ¿cómo es que nunca antes en su vida se había cruzado con él?
Se acostó en la cama y cerró los ojos tratando de dormir, tras varios minutos lo consiguió.
Se empezó a mover de un lado a otro de la cama, retorciendose y sudando, ¿por qué?
Estaba soñando con aquel chico
Como si se tratase de un ser maligno que llegó para destruirlo, para jugar con él.
En su sueño lo imaginaba como un monstruo, con lolas extremidades extremadamente delgadas y largas, tan delgadas que se le notaban los huesos, mucho más grande que él, con una lengua de serpiente y unas cuencas vacías y oscuras en el lugar de los ojos, con un aliento podrido y unos dedos finos que jugaban con él como si fuese un muñeco playmobil.Se despertó finalmente y fue a tomar un vaso de agua, sacudió su cabeza y se repitió a sí mismo.
"Ya te avisaron de esto, por eso no debías hacer amigos"
Se puso los auriculares y escuchó algo de música clásica para distraer sus pensamientos.
Ya le avisaron de pequeño.
Cada vez que hacía algún amigo o conocía a alguien nuevo fuera de su ámbito familiar, su cerebro lo asimilaría como una amenaza y su subconsciente le haría ese tipo de sabotajes.
Es por eso que él siempre fue un antisocial, para protegerse a sí mismo.
Y más ahora que vivía solo, sin una "mamá" y un "papá" que le calmase en plena noche.
ESTÁS LEYENDO
My sweety Nightmare
HorrorUn joven chico bastante fuerte y apuesto cruza miradas con otro chico, pequeño y frágil, desde ese entonces cada noche tiene múltiples pesadillas y termina perdiendo el control de sí mismo... ¿Sobrevivirá el joven inocente al secuestro y agresiones...