get what you deserve ; Jaedo

Capítulo 1: Rumor

Recuerden que el fic es una traducción, todos los creditos a @galaxyblue__en twitter <3

A Doyoung le gusta pensar que es una buena persona. No sobrepasa las líneas, no les grita a los cajeros, paga sus impuestos. Incluso trabaja fuera del horario para ayudar a sus compañeros de trabajo a cumplir con los plazos críticos cuando realmente lo necesitan. Ha puesto más en este mundo de lo que ha sacado de él. Su equilibrio kármico está en verde. Él es una buena persona.

Es injusto que el mundo haya decidido pagarle por todos sus esfuerzos con Jung Jaehyun.

Jung jodido Jaehyun. Es el jefe de marketing de Neo Culture Tech, tiene veintinueve años y 180 cm de alto (pero incluso algunas veces se ve más grande de lo que en realidad es). Su cabello es de un delicioso color marrón cobrizo oscuro, sentado en ondas perfectas que se alejan de su frente. Sus ojos son cálidos y expresivos, sus labios suaves y rosa coral. En este momento, está sentado detrás de su gran escritorio de roble en su gran oficina brillante, con los ojos escaneando el documento en sus manos.

De pie frente a su escritorio, Doyoung se irrita. Sabe que Jaehyun está haciendo esto a propósito. Él sabe que Jaehyun pidió la copia impresa de este archivo, e hizo que la solicitud se dirigiera a través del departamento de Doyoung solo para que Doyoung subiera al duodécimo piso para entregarlo en persona. Hace todo a propósito. Cada cosa que hace que vuelve loco de frustración a Doyoung, Jaehyun lo hace a propósito.

Doyoung odia a Jung Jaehyun.

—¿Estás seguro de que estas son las cifras correctas? —Pregunta Jaehyun, finalmente rompiendo el silencio.

—Sí. —dice Doyoung. Está intentando con todas sus fuerzas no rechinar los dientes.

Jaehyun tararea y Doyoung quiere gritar. ¿Qué significa eso? ¿Es un tarareo de que todo está bien o un tarareo previo de un mal presagio? Llamó a Doyoung a su oficina solo para tararearle, y ni siquiera explica lo que realmente quiere decir.

El hombre se echa hacia atrás y estira los brazos. La tela de su camisa blanca se extiende a lo largo de su firme pecho, se adhiere a sus anchos hombros ya lo largo de sus tonificados bíceps. Los dos botones superiores de su camisa están abiertos, revelando el más mínimo atisbo de sus clavículas. Doyoung tiene que reprimirse un comentario. Sabe que todo es a propósito. Es por eso que no puede soportar a Jaehyun.

—Gracias, Sr. Kim —dice Jaehyun—. Ya se puede ir —aunque se detiene y levanta una ceja—. ¿A menos que haya algo más que quiera decir?

—No —Contesta Doyoung. Y luego, porque Jaehyun está en una posición superior aunque no sea su jefe—. Señor.

Jaehyun sonríe, todo hoyuelos y dulzura, y Doyoung se enfurece aún más. Se inclina rígidamente y sale de la oficina.

Para el momento en el que Doyoung vuelve a su cubículo en el décimo piso, está echando humo. Estar cerca de Jaehyun siempre le hace eso. El hombre le pone sus nervios de punta, poniéndolos a tope y dejándolo con mal humor por el resto del día.

No puede precisar qué es lo que tiene Jaehyun que le vuelve loco. Su mera existencia hace que Doyoung se ponga nervioso.

Está de mal humor toda la mañana, y durante la pausa del almuerzo se queja con su mejor amigo Taeyong sobre la perdición de su existencia.

—No soporto a ese imbécil —dice, apuñalando su arroz con los palillos—. Juro que solo existe para hacer mi vida un infierno. Siempre nos pide que le enviemos datos, impresos y en persona, sin otra razón que la de fastidiar a todo el mundo.

—Tienes que deshacerte de toda esa energía acumulada —le aconseja Donghyuck con un suspiro—. No es sano estar tan excitado y caliente todo este tiempo.