Hola soy Itziar, Itziar Hargrevees. Supongo que habréis oído algo de mí...
Lo que seguro sabéis es que tengo 7 hermanos: Luther, Diego, Allison, Klaus, Cinco, Ben y Vanya. Hasta ahí todo correcto. Vivo en The umbella academy, bueno, por poco tiempo...
Después de darme una ducha, deshacer la maleta y preguntar a mis hermanos que tal va todo, pensé en escribir una carta a mis amigos de Hogwarts para decirles que ya he llegado.
Pero hay un problema, no tengo lechuza...
- papa...- le digo de mientras que doy unos golpes en la puerta de su despacho- venía a hablarte de algo
- dime, número ocho- me dice sin apartar la mirada de unos papeles
- bueno, la cosa es que quiero hablar con mis amigos de Hogwarts por carta- le digo
- mhmm...- dice por fin levantando la mirada de los papeles
- y quería pedirte si podría tener una lechuza...
- claro, tu madre te avisará cuando tengas un día libre- me dice para volver a sus asuntos- y recuerda, los días libres hay que ganarselos
- ok papá, me lo ganaré, lo prometo- le digo emocionada apunto de salir de su despacho- gracias...
Papa no me respondió, pero por suerte, tengo la oportunidad de ganarme un día libre y una lechuza
Los días libres son muy difíciles de conseguir, recuerdo que una vez, Diego limpió todas nuestras habitaciones y aún así no funcionó... lo bueno es que no hace falta ganárselo en un día, tienes que hacer algo que valga la pena como para tener un día libre.
*Que voy a hacer?*- me tumbo en mi cama mientras esa pregunta pasea por mi cabeza
- HOLA HOLAA- dice Klaus entrando por la puerta seguido de mis hermanos
- hola chicos- les digo mientras me siento
-bajas a cenar?- me dice Klaus
-claro- le respondo con una sonrisa
Bajamos al salón para cenar, me había olvidado de lo aburrido que es comer en la academia, solo había una norma en la mesa; prohibido hablar.
Estaba sorbiendo la sopa mientras veía a cada uno de mis hermanos, leer, pasar algo al de al lado y asentir con la cabeza, no entendía nada hasta que Vanya me pasa una nota en la que decía "esta noche, a las 00:00 en el cuarto de Klaus"
Esto debía de ser cosa de Klaus, no me apetecía mucho ir así que no asentí, solo le pasé la nota a Luther y volví a comer
(...)
Son las doce menos veinte, aún no se que hacer, ¿voy? ¿Me quedo?...
Voy, pero si la cosa se pone rara me voy.
Me pongo un pijama decente y con cuidado de que nadie me oiga salir, cierro la puerta silenciosamente, la habitación de Klaus está al otro extremo del pasillo. Paso las habitaciones de Vanya y de Ben y oigo como en otro lado de la casa se abre una puerta, supongo que sera Pogo, me habrá oído...
*malditas lamas ruidosas*- maldigo en mi mente
Noto como Pogo sube poco a poco las escaleras y entro en la primera puerta que me encuentro... La de Cinco
Al cerrar la puerta veo a Cinco tumbado boca abajo con una foto sobre la libreta en la que estaba escribiendo hasta que nota mi presencia y la cierra
- que haces aquí?- dice en un tono suave
- shh!- le contesto
- dime que haces aquí- los pasos de Pogo se acercaban así que me acerco a Cinco y le pongo la mano en la boca
- callate- le susurro
Pogo, al no oír nada, se va por donde ha venido así que quito mi mano de la boca de Cinco
- me vas a decir porque me tapas la boca?- me pregunta con una pequeña sonrisa
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- mmm... No- le respondo- nos vemos en la habitación de Klaus- le digo para acercarme a la puerta y salir
(...)
En el cuarto de Klaus, si había una "fiesta", eran las mejores, pero como era de esperar, estábamos cansados, discutían porque si, se quejaban de todo... Así que me fui a mi cuarto
(...)
~Narra Klaus~
(1:38 am)
La fiesta se había animado, Diego subió más el volumen de la música así que nos pusimos a bailar y a cantar más que antes.
(...)
~Narra Itziar~
El desayuno solía ser la comida más tranquila de todas excepto hoy, en vez de tener un ambiente de ocho niños medio dormidos, había uno de cuatro niños tensos y cuatro con sueño, no sabía porque mis hermanos no comían ni hablaban hasta que llegó Pogo.
- Diego, Allison, Klaus y Vanya, el señor Hargrevees quiere hablar con vosotros
Después de ver cómo Pogo se llevaba a mis hermanos hacia el despacho de papá, mamá nos dijo que nos fuésemos preparando para el entrenamiento en el sótano, nos dijo que ella lo arregló para poder entrenar mejor ya que cada uno tendría una parte en el sótano con cosas para practicar nuestros poderes.
Al llegar al sótano, veo que las paredes son de color gris, y hay números del uno al ocho de color blanco.
Dejo mi botella de agua y mi toalla debajo del número ocho.
(...)
- No recuerdo haber entrenado tanto en mi vida- les digo a mis hermanos mientras pasó la toalla para secarla
- verdad que si?- dice Ben antes de beber agua
- bueno, vamos a ducharnos- propone Luther mientras nos habré la puerta del sótano
(...)
Entro a mi habitación después de haber cenado junto a todos mis hermanos y no dudo nin segundo en tumbarme en la cama para dormir
