Capítulo 3

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How can you see into my eyes like open doors

Leading you down into my core

Where I've become so numb without a soul

My spirit sleeping somewhere cold

Until you find in there and lead it back home.

-Evanescence


Y te asomas a mis ojos como a una 

ventana abierta / penetras hasta lo más hondo

de mi interior / donde a falta de alma

me he tornado insensible / pues mi espíritu yace

en un frío lugar / hasta que por fin lo

encuentras y lo conduces de vuelta al hogar.


Un torbellino de pensamientos sobre Damen giraba de manera frenética en la mente de Charlotte cuando se despertó con el suave zumbido de los fluorescentes que se alineaban en el techo del aula

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Un torbellino de pensamientos sobre Damen giraba de manera frenética en la mente de Charlotte cuando se despertó con el suave zumbido de los fluorescentes que se alineaban en el techo del aula. Muy despacio, abrió un ojo y luego el otro, y se percató de que a pesar de la intensidad con que lucía la luz blanca no le molestaba mirarla directamente.

Parpadeó unas cuantas veces y se incorporó hasta quedar medio tumbada, con el cuerpo apoyado sobre los codos. Observó las sucias manchas marrones de humedad y las pelonías de papel pegadas a los paneles cuadrados de espuma rígida del techo que se cernían sobre ella. Sintió que se mareaba un poco, pero lo achacó a la emoción de los acontecimientos.

—Genial, me pide que le eche una mano. A mí. ¿Y voy yo y qué hago? Me desmayo —se reprochó. 

 Todos aquellos cambios por los que tanto había luchado, razonó Charlotte, no habían transformado a quien ella era en realidad por dentro. ¿Qué era lo que decía Horacio? ¿Que «podemos cambiar el cielo pero no nuestra naturaleza», o algo así? Tú eres tú y tu circunstancia. El triste hecho de que un poeta romano de hace dos mil años comprendiera mejor su vida que ella misma era... decepcionante, como mínimo. Y lo que era más raro todavía, ¿a santo de qué se le ocurría pensar en eso precisamente en ese momento? En ese momento, el escenario se le apareció, de pronto, bajo una luz mucho menos desmoralizadora. 

 «¡Seguro que ha sido un bajón de azúcar!», pensó recordando que se había olvidado de desayunar en su afán por no perder el autobús e incluso después, en el instituto, con tanto encontrón premeditado con Damen.

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⏰ Última actualización: Jul 18, 2021 ⏰

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