ESCRITORES SECRETOS

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Apoyé la cabeza en la mesa, agotada de la larga mañana que estaba teniendo. Primero mis padres volvieron a presionarme para sacar la máxima nota en todo, cuando ya eran lo suficientemente buenas, después Boscha me persiguió por toda la escuela pidiéndome que fuera a no se que fiesta que iba a celebrar y por último, el profesor me regañó por no haber hecho correctamente un hechizo. Frustrada, coloqué los libros que cargaba bajo el escritorio, pero no estaba vacío. Saqué la hoja que había ahí y la alisé sobre la mesa. El título era literalmente "Las aventuras de la buena bruja Azura" y debajo alguien estaba haciendo un boceto sobre la bruja ayudando a cuidar espíritus del bosque. Aquello me sacó la primera sonrisa de toda la mañana. Con aburrimiento miré al profesor; estaba cansada de eso ya. En su lugar, cogí un lápiz y seguí con la historia.

Cuando sonó la campana, di un respingo, sobresaltada, y pensé en llevarme el dibujo, pero lo dejé donde lo había encontrado. De todas maneras, solo lo había hecho para practicar.

Lo que no me imaginé fue que al día siguiente el dibujo no solo seguía ahí, sino que alguien había avanzado en la historia. No pude evitar reírme y al final, seguí dibujando también. Después de cuatro o cinco días, aquella se convirtió en mi clase favorita. La historia se había puesto interesante a juzgar por el guapo y nuevo chico vampiro que había aparecido. Con una sonrisa malvada en los labios, comencé un drama para juntarlos y al día siguiente, comprobé que a mi compañero de dibujo secreto también le había gustado la idea. Sin embargo, el profesor me llamó la atención y no pude seguir dibujando. No quería dejar aquello de esa manera, así que me fui a mi rincón favorito de la biblioteca para seguir la historia tranquilamente. La hora a la que solía dibujar era la última, por lo que debería estar bien si a primera dejaba la nueva hoja debajo del escritorio.

Iba con todas las cosas en las manos, con prisa y emoción por llegar a mi escondite, cuando me topé con alguien. En un intento de no caer, me agarré a lo primero que pude, pero aún así caí sobre mi trasero. Cuando volví a abrir los ojos, la cara de Luz Noceda estaba a un pestañeo de la mía. Lo primero y único que pensé en ese momento fue que tenía puntitos dorados entre el marrón de su iris. Y justo después pegué un gritito.

-Ssssh, tranquila Amity, solo soy yo, Luz. No pasa nada, pero primero emmm... – tenía un ligero rubor en las mejillas. Carraspeó –. ¿Podrías soltarme?

Cuando fui consciente de la situación al completo, noté como toda mi cara se convirtió en un tomate. Estaba en el suelo y Luz tenía las dos manos a mis costados mientras yo sostenía su capa con un puño en un intento (fallido) de no caerme. Intentando reprimir otro gritito, la solté.

-Lo siento, Luz.

Me eché la capucha de mi capa sobre la cabeza mientras intentaba a toda prisa recoger mis cosas, esparcidas por el suelo. Luz se rio y se agachó para ayudarme.

-No pasa nada, Amity, yo también estaba, ya sabes – hizo una mueca graciosa – despistada como siempre.

No me quedó más remedio que reírme con ella. Fui a recoger una de las hojas del cómic que estaba compartiendo, pero ella lo recogió antes. Se quedó mirando con los ojos abiertos el folio.

-¿Has escrito tú esto? – me preguntó con la boca abierta y yo asentí, confusa.

Luz rebuscó en su mochila y sacó unos bocetos. Eran del mismo estilo del que tenía el folio que recogió. Miré como una idiota de los folios a Luz como diez veces, mientras la realidad me golpeaba.

-Entonces, ¿Tú eres mi compañera de dibujo? – mi voz salió a trompicones y casi me atraganté. Genial, ahora pensaría que era todavía más rarita. La tierra nunca me tragaba cuando quería que lo hiciese.

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⏰ Última actualización: Jul 18, 2021 ⏰

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Lumity(The owl house; oneshot's)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora