Fāxiàn

🍃 Final 🍃

Los ojos de la anciana se llenaron de lágrimas cuando escucho toda la historia relatada por el Daozhang.

—Lo sabía, mi querida hija nunca se habría lastimado a propósito.—Lloro llena de consuelo.

—Lo que este espíritu hacía era mostrarle a las personas su peor pesadilla, no tenía ningún otro método de ataque más que la ilusión. Las personas entraban en un trance del que no podían salir y sintiéndose tan desesperados y asustados por los sueños, ellos mismos decidían quitarse la vida, sin ser plenamente consientes de lo que en realidad estaba pasando.—Explico con calma Xiao Xingchen.

La anciana asintió con la cabeza y sollozo más fuerte.

—Gracias por su ayuda, Daozhang—Esta vez, la mujer si miro a Xue Yang—Gracias a los dos. Ya puedo morir en paz.

Xue Yang estaba detrás y sin dudarlo le exigió saber con rudeza.

—¿Por qué no nos dijo que ya sabia quien estaba detrás de los suicidios? Por la actitud que tenía al principio es obvio que sabía quien era el fantasma.

La mujer se dejó caer con pesar en la silla y confeso avergonzada.

—Cuando sucedió la tragedia del joven cultivador, solo un par de personas pudieron regresar con vida, luego de que se recuperaron del estado de shock en el que estaban contaron todo lo sucedido y el miedo solo aumento, después de ese día, cualquiera que hable de la cultivación es rechazado por todo el pueblo, hablaran a sus espaldas repartiendo murmullos de groserías y palabras malvadas, hasta que la persona no lo soporta más y se marcha del pueblo. Tenía miedo de hablar abiertamente de ello, pero necesitaba saber que tan cierta era la historia que contaron aquel dia. Si los demás saben que busque su ayuda, me echaran de Guìzú y no quiero hacerlo; aquí pase toda mi vida, en esta casa fui feliz con mi esposo y mi ahora difunta hija.

Xiao Xingchen sintió pena de inmediato, la pobre mujer estaba sola y su única hija se había suicidado y ahora no tenía más opción que callar el motivo de este, de lo contario los pobladores la echarían del hogar de toda su vida, el lugar donde tenía sus más preciados recuerdos junto a su familia.

La mujer les volvió a agradecer con lágrimas en los ojos y se despidieron conmovidos mientras Xue Yang observaba indiferente al par de sentimentales.

Cuando el sol empezaba a ocultarse, volvieron a la ciudad de Yi, cargando una canasta llena de fruta obsequio de la pobre anciana.

—¿Qué dices Daozhang? ¿Aceptas mi propuesta?

Xiao Xingchen volteo su rostro en dirección contraria, tímido.

—No juegues con eso o pensaré que lo dices en serio.—En ese momento Xingchen agradeció saberse cubierto de sangre o estaría muy avergonzado por el sonrojo que empezó a expandirse en sus mejillas.

Xingchen escucho que Xue Yang detuvo su andar y él también hizo lo mismo.

—¿Qué sucede?

—Lo digo completamente en serio. ¡Vamos a casarnos!

¿Ese era Xue Yang? El sanguinario cultivador demoniaco que extinguió incontables sectas e invento los más crueles y despiadados métodos de tortura, ¿De verdad estaba proponiéndole matrimonio a la luna brillante y la suave brisa? ¡No podía esperar a saber que más sorpresas le tenía preparado el destino!

—Xue Yang, si de verdad quieres recuperar mi confianza tienes que cambiar tu cultivo y no volver a lastimar a nadie. Sobre todo, quiero que seas sincero en todo momento, no importa que sea, confía en mí.

Un segundo de silencio los siguió pero Xue Yang exhalo y pregunto con tono infantil.

—¿Eso es un sí?

Xiao Xingchen negó con frustración.

—Sabes a lo que me refiero. Solo el tiempo dirá que sucederá con nosotros en el futuro.

Al parecer se estaba volviendo una costumbre, pues Xiao Xingchen no espero respuesta y volvió a caminar sin detenerse. Xue Yang puso una mano en su cintura y con la otra se golpeó la frente, de todas las personas en el mundo tuvo que enamorarse del taoísta con el más fuerte sentido de moralidad. Pero no lo cambiaria por nada ni nadie, porque gracias a él conoció lo que era ser querido por primera vez.