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POV Bora:

Nunca me ha gustado llegar tarde a una reunión pero esta era diferente. Tenía una cita en un restaurante con una chica para hacer un reportaje para la empresa.

Tenía cinco minutos de retraso pero estaba por llegar. El aire pegaba en mi cara y me gustaba sentir esa adrenalina cuando manejaba. Después de unos minutos más, llegué al restaurante del señor Burak.

Me bajé del coche y le entregué las llaves al hombre que estaba de parking, era conocido mío así que no tuve problema en dárselas. Me acomodé el traje y entré al restaurante.

Como siempre, el señor Burak estaba en la entrada esperándome con una sonrisa. La típica sonrisa de siempre, lo conocía bien, mi presencia para el significaba dinero. Le regalé una sonrisa fingida, no tanto como la de él y me dispuse a caminar hasta la mesa en donde estaba la chica, esperándome con una sonrisa enorme.

Tomé su mano y la saludé con una sonrisa, traté de comportarme lo peor que pudiera, pero no era algo natural de mí.

- Buenos días. ¿Hülya, cierto? - pregunté a la chica

Era la primera vez que la veía en persona, así que no quería equivocarme de víctima.

- Eres muy guapo - contestó la chica sin dejar mi mano

La miré confundido, aguantándome las ganas de reír y desvié la mirada.

-¿Cómo?

- Lo dije en voz alta, lo siento. Soy Hülya, así me puso mi abuelo.

-¿Qué hacemos? - pregunté, esperando una reacción más inteligente de la chica

- Sentarnos, si es lo que quieres.

Sonríe con incomodidad. Miré a la chica sentarse sin apartar su mirada de mi y yo hice lo mismo. Tomé una silla del otro lado de la mesa y me senté en ella, quedando frente a frente de la chica.

...
POV Ada:

- Lo siento mucho, Selin. No sabia que había demasiada gente.

Dije, buscando el perdón de mi mejor amiga. Ella estaba enfadada conmigo, me había cuidado cada turno para evitar que me corrieran y esta vez, tenía los pelos de punta.

- Ada, el señor Burak no ha dejado de preguntar dónde están todos los empleados. Dijiste que no tardabas.

- Tienes razón. Pero hoy estoy feliz, hoy es mi gran día. ¡Rüzgar consiguió la ciudadanía!

-¡Oh, Ada! Envío mis condolencias a este país, porque metiste un problema más - contestó Selin con sarcasmo

La miré mal y ella tomó una charola con varios platillos y me los entregó.

- Me siento ofendida. Te he dicho que la ha conseguido y las cosas seguirán igual como antes.

- Quiero ver eso, por lo mientras, tenemos que seguir con nuestro trabajo.

Salimos de la cocina con las charolas y comenzamos a servir los platillos a los comensales con una sonrisa. Terminamos y sacamos la basura, como excusa para hablar con Selin.

- Te juro que esta es la última vez, no te vuelvo a poner en esta situación.

- Que lo estás diciendo otra vez Ada, ¿Qué a hecho Rüzgar por ti en 3 años? Tu haz sido de todo y haz conseguido todo tipo de trabajo para darle lo que tiene.

- Lo sé pero esta vez es distinto.

- Es estúpida la idea de tenerte que casar con tu primer amor para ser feliz.

- Rüzgar es mi primer amor, el verdadero amor. Me di cuenta cuando lo vi por primera vez

El señor Burak salió a la parte de atrás donde estábamos hablando Selin y yo, interrumpiendo así mis sueños y la conversación con Selin.

-¡No puede ser esto posible! Les pago para que trabajen, no para que platiquen.

- Vinimos a tirar la basura, Burak Bey, ya vamos a terminar - dijo Selin

-¡Adentro, ahora! Y tú Ada, atiende la mesa del señor Bora. Es un cliente muy importante así que ten mucho cuidado con tu atención - dijo el señor Burak

Dio la vuelta y yo le hice huecas. Se metió al restaurante nuevamente y nosotras detrás de él.

-¿Quién es Bora? - le pregunté a Selin en un susurro.

Selin levantó los hombros con confusión. Tomé la libreta para acercarme a la mesa y me sorprendió mucho la platica del tal señor Bora y la señorita que lo acompañaba.

¿Cómo era posible que una persona tratara a alguien de la forma en que el señor Bora estaba tratando a la chica? ¡Que horror!
Me acerqué con una sonrisa fingida y los saludé amablemente.

- Hola, bienvenidos. Les dejo el menú para que elijan que comer - dije amablemente

El señor volteó su cara con molestia y me miró de mala manera.

-¿Cuánto es el costo para esperar a los camareros en este restaurante? - preguntó el señor Bora con una sonrisa

Comencé a reír, tenía buen sentido del humor pero cuando su cara cambió, me di cuenta que hablaba con sarcasmo. ¡La gente es tan amargada últimamente!

-¿Acaso dije algo gracioso o porque estás riendo, camarera? - dijo Bora Bey

Mi sonrisa se fue desvaneciendo, deje de reír y raspé mi garganta.

- Lo siento señor, no entendí.

- Nosotros tampoco entendemos. Tenemos más de veinte minutos esperando a que alguien nos atienda. Llamamos a uno y nos dice que vienen, llamamos a otro y nos contestan "en un minuto" ¿así es como funciona su sistema? - dijo con arrogancia

Este hombre era demasiado pesado, ganas no me hacían falta de estamparle una charola en la cara, aunque me imaginé todas las formas posibles, sabía que me despedirían al instante.
Respiré profundo e iba a responderle cuando la chica que estaba acompañándolo, le enseñó su teléfono.

-¡He borrado todas mis cuentas!- gritó emocionada

La miré confundida y el señor Bora la miró de mala manera.

-¿Quieres que te aplauda? - le dijo el señor Bora con sarcasmo

- Lo siento señor, tenemos un ajuste de personal - contesté para romper la tensión formada

- Está bien, tengo un poco de hambre, pediré algo - dijo el señor Bora, tomando la carta del menú

Miró a la chica y le arrebató de las manos la carta, me sorprendió la acción y cómo puso las cartas en la mesa.

- Ya sé que pedir. Tráeme dos filetes de carne, sé que eres vegana pero no entiendo, ustedes son enemigos del equilibrio.

¡Que rayos! Acaso ¿Estaba decidiendo por la chica? Vamos hermana, tú tienes voz y tienes derecho, estréllale la mano en la mejilla y date la vuelta, vete con dignidad y deja a este idiota misógino y machista.

...

Upssss!!

Date la vuelta | Baht Oyunu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora