~•Ámame•~ [Brasil x Bolivia]

Cap 4

Pesadilla

Narra Bolivia:

Que...

Es...

e s o...

¡¿Que le pasó a mi mano?!

Por que diablos esta sangrando?

Oh, ya veo, un palo me trapasó la mano...

UN JODIDO PALO ME TRASPASO LA MANO AAAAAAAAAAA

Narro yo:

En ese momento Bolivia se despertó asustado y rapidamente se fijó en su mano y asegurarse de que estaba bien, por suerte solo fue una pesadilla y siguio durmiendo unos minutos más.
Pero no podía por que esa pesadilla del palo en su mano lo asustaba y decidio  que era hora de levantarse para preparar el desayuno.

Tomo unos cereales con yougurt y preparó unos wafles con miel, se fue a bañar para después pasar al cuarto de Perú para despertarlo.

Bo: el desayuno ya esta

Pe: que como que perdí las clasi-

Pe: ah, buenos días

Bo: buenas, despierta de una vez a tu amante que si no yo lo saco de la casa

Pe: ya te dije que no jodas con eso, yo ya tengo-

Mex: -bostezo- palomita... -abrazando a Perú-

Bo: XD " yi ti diji qui ni jidis cin isi"

Pe: Saquese marica -apartando a Mex-

Mex: a q- q chucha... A como ¿ya es de día?

Bo: solo despierten pq si no el desayuno se enfriara

Pe: yaya pero a onde te vas tan bien vestido?

Mex: se va a ver a su amiguito ese

Bo: voy a caminar weones, chao

Bolivia se retiró y se fué a un parque que había a unas cuadras de su casa, buscó un banco con sombrita y se sentó en este para relajarse y pensar en lo de su sueño extraño.

Volvio a mirarse la mano una y otra vez, hasta que notó una pequeña sicatriz justo al centro de su palma, pensó que sus ojos le estaban engañando por los rayos del sol de esa mañana y cuando empezó a ver mejor se percaptó que un gatito se sentó a su lado.

Era un gato blanco con patas marrones y muy peludito, se sentó ocultando sus patitas haciendo que parezca un pan.

[ando haciendo el dibujo]

El gato ronroneó y cerró los ojos como si tuviera un momento de paz, un muy bonito momento de paz que le compartió al country que estaba a su lado, pero ese momento fue interrumpido otravez por adivinen quien... así es, nuestro macaco más querido, que llegaba corriendo y exahusto casi sin aliento.