Hwang Hyunjin, un chico simple de universidad, rebelde y popular por su belleza, con una vida normal, hasta cierto punto. Él guarda un secreto, es una estrella porno aclamada por los consumidores de este contenido, su nombre artístico, "Hyun.E" y su...
- Oye - Jaló su playera - Ha sido muy divertido, creo que, me gustaría salir más contigo.
- ¿De verdad? Pienso lo mismo, ojalá quedarme más tiempo, pero tengo cosas que hacer, de nuevo te agradezco por haberme comprado el desayuno y, ah, lo siento por haberte besado, perdón en serio, que pena - Sus orejas estaban rojas, y apretaba su puño junto con sus labios.
- No es nada, y, oh, no te disculpes, estabas tomado y bueno...está bien - Sonrió.
- Bien, nos vemos.
- Una última cosa - Antes de que lograra darse la vuelta por completo, lo llamó antes de que se marchara.
- ¿Si?
- ¿Tienes tiempo mañana? Podríamos salir como hoy.
- Claro, estaré libre todo el día, tu solo manda un mensaje diciendo a que hora te veo acá, o dímelo ahora.
- A la una, ¿si?
- Perfecto, bueno, tengo que irme, adiós y cuidate.
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- En serio estás todo idiota - Dijo su amigo Felix mientras partía un pedazo de su salmón y se lo llevaba a la boca.
- El burro hablando de orejas - Rodó los ojos - No te proyectes en mi, idiota.
- Es que, a ver, ¿no te das cuenta como babea por ti? Ese chico pide ser follado por ti tres veces a la semana.
- Callate, solo es amable, no creo que quiera algo conmigo - Tomó un poco de su vino.
- Literal eres su pornstar favorito, y ahora que están siendo cercanos, es obvio que quiere algo contigo, ¿no lo crees? - Levantó una ceja.
- No.
- Si para pendejo no se estudia.
Hyunjin amenazó con tirarle el vino encima de su ropa si no se callaba, y de paso romperle la copa en la cabeza.
Quizás lo que decía era verdad, quizás Jeongin sentía algo por él, quizás quería ser follado una y otra vez por él, y tal vez Hyunjin querría besarlo hasta que su aire se acabe.
Debería describir sus sentimientos, se sentía algo raro, hace mucho no tenía una pareja, hace mucho nadie lo quería de una manera romántica, y tampoco él se había sentido con esas mariposas que sientes en el estómago cuando te enamoras.
Por eso era raro, porque hace mucho no sentía algo así, y, por alguna razón, también quería tener intimidad con Jeongin, cuando pensaba eso solo se sonrojaba mucho y trataba de distraerse pensando en otra cosa.
Jeongin era alguien agradable, un chico bueno y lindo, por algún momento llegó a odiarlo por ser tan inteligente y por su excesiva popularidad, pero obvio solo tenía envidia. En algún momento quiso hablarle pero no lo hizo, por pena más que nada, era tonto, creía.
