El cambiaformas lobo Lee Donghyuck es el típico friki de los videojuegos, malo en los deportes y del tipo solitario. Sin embargo, como buen alfa, hace lo que se le sale de la polla. Por eso, se mudó solo a Seúl a estudiar Ingeniería Civil Informátic...
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Donghyuck pasó otra semana más como la mierda. Desarrolló un humor de perros que ya ni Chenle aguantaba y unos celos enfermizos. Tenía pesadillas constantemente, todas involucrando a cierto pelirrojo y su guapo amigo actor porno. Encima, tenía que soportar al estúpido de su mejor amigo insistirle días tras día en que lo que necesitas es una buena mamada Donghyuck y a Mark pelear con él tipo cuando tocaban el tema en la cafetería porque eres un insensible, y no todo se resuelve con sexo, bastardo, por eso estás solo.
No estaba bien, incluso Sakura ya le tenía un tanto de miedo. Se ponía irritable fácilmente, respondía cortante y ya no tenía ganas de charlar sobre nada que no fuera cuánto dinero había en la caja y si este cuadraba con el inventario. Rogaba mantenerse ocupado, y cada segundo que pasaba sin arreglar algún aparato o comiendo se le hacía eterno, porque cuando no estaba haciendo aquello, se dedicaba a pensar en su pareja y en lo jodido que era estar separado de él, en lo injusto que era no tener siquiera una oportunidad y en lo hijo de puta que era el destino, porque si esto no era una patada en las pelotas entonces no sabía que diablos era. Dong no estaba feliz, su lobo tampoco (de hecho estaba enojado con él o algo así) y definitivamente no estaba preparado para recibir una llamada telefónica al local durante su hora de colación, hora que decidió pasar en el despacho porque ya hasta salir por los pasillos del centro comercial lo hacía sentir enfermo y solo. Pensó en ignorar la llamada, quería comerse su almuerzo mientras estuviera caliente, y de todos modos un cliente menos no lo iba a matar y no tenía entregas pendientes. Ignoró también el grito de Chenle porque contesta esa endemoniada cosa Donghyuck y pensó en ir a meterse al baño para tener una buena excusa.
Pero el jodido aparato volvió a sonar y el gigante tuvo que dejar de tragar su ramen Instantáneo para coger la tonta llamada.
—Diga- Contestó con voz grave, casi sonando molesto, y es que lo estaba, carajo, tenía hambre y se sentía cansado, no tenía ganas de atender a nadie y encima le estaban quitando valiosos segundos de su hora de colación.
—Alguien se levantó con el pie izquierdo. – Escuchó la voz del otro lado de la línea y casi le da un infarto. Fue tanta la sorpresa que se atragantó con su propia saliva y tosió.
—R-renjun...- Respondió luego de haberse calmado, dudando si era correcto decir el nombre del tipo, de todos modos él no se había presentado, sino que lo había escuchado de la boca de su amigo el otro día en el supermercado. – Este, ¿hubo algún problema con tu laptop?
Y la pregunta la hizo aterrado, lo último que le faltaba era decepcionar al tipo habiéndole cobrado por reparar la máquina y que está se averiara nuevamente.
