El cambiaformas lobo Lee Donghyuck es el típico friki de los videojuegos, malo en los deportes y del tipo solitario. Sin embargo, como buen alfa, hace lo que se le sale de la polla. Por eso, se mudó solo a Seúl a estudiar Ingeniería Civil Informátic...
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El viaje devuelta en el scooter de Donghyuck tomó un poco más de lo esperado debido al clima, se había largado a llover tan fuerte que cualquiera pensaría que no había caído agua en años, y para cuando llegaron a la ciudad ambos hombres estaban empapados, sus ropas estilando pegadas a sus cuerpos y temblando de frío, ya era de noche y corría más viento de lo normal.
—Ren, está peligroso seguir manejando con esta lluvia y estas muy mojado como para que te vayas solo a casa.- Le dijo el alto cuando pararon en un semáforo en rojo. – Mi departamento está dos cuadras de aquí. Puedes pasar a cambiarte ropa y después te pido un taxi, si gustas.
—Gracias Hyuck.- Soltó en su oído y esbozó una ligera sonrisa, apretándose más al cuerpo del otro.- Pero tienes que ordenar una pizza, muero de hambre y estoy exhausto.
Y así fue. Llegaron al apartamento y el más bajito tomó una ducha rápida mientras el dueño de casa ordenaba pizza a domicilio. El pelirrojo no lo dirá jamás en voz alta, pero sonrió como un bastardo satisfecho cuando se vio al espejo con ropas prestadas, y pasó a dejar sus propias prendas mojadas al diminuto cuarto del lavado, tratando sin éxito de no mirar de reojo al alfa entrando al baño sólo con sus ajustados pantalones pegados a la piel y su torso expuesto. La comida llegó cuando este último venía saliendo de la ducha, y la recibió Renjun usando unos pantalones viejos que tenía olvidados en el fondo de su armario y una camiseta blanca que le quedaba larga. Y mierda, le encantaba como se veía el chico con su ropa.
—Espero que te hayas divertido hoy. Fue diferente.- Le dijo mientras lavaba la loza, la pizza siendo ya solo migajas.
—Me ha encantado. Hace muchísimo que no salía de esa forma... Me sentí libre, por primera vez en años, me sentí así.
No saben bien quién comenzó con aquello, sólo saben que de pronto estaban besándose apasionadamente en medio del pasillo que los llevaba a la habitación de Donghyuck.
Hyuck tenía al más bajo atrapado contra la pared, sus cuerpos pegados casi pareciendo uno. Renjun aprovechó de recorrer con sus manos esos abdominales que lo habían deleitado horas atrás para luego llevarlas hasta el cabello del alto, jugando con el, tirándolo para exigirle que no dejara de besarlo. Se separaron después de largos minutos de un beso húmedo y caliente, sólo porque necesitaban aire para poder seguir con aquello. Renjun aprovechó entonces para jugar con el cuello del otro, mordisqueando, moviendo sus manos de arriba hacia abajo, de pronto jugando con la cinturilla del pantalón del otro, tentándolo, y sacándole un gruñido casi animal cuando por fin su mano rozó su dolorosa erección.
