Capítulo Cinco

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Al siguiente día nos encontrábamos Keila, Sebas, Gabby y yo en la playa buscando qué comer. Ya que Sebas es un chef, nos podría decir qué tomáramos para desayunar. Encontramos cocos, cangrejos, peces, y capturamos aves que se encontraban en arbustos. Nos tomó mucho trabajo capturarlos, son muy veloces. Will y Tony fueron en busca de agua dulce, tal vez había algún río o lago, no estamos seguros porque no conocemos la isla. Luisa le estaba haciendo compañía a David, no sé exactamente de lo que estaban hablando, pero de algo estoy seguro, es que se están coqueteando. Parece que David ya no está tan deprimido como antes.

Will y Tony regresaron con muchas botellas llenas de agua. No me pregunten de dónde las sacaron porque no lo se, pero lo han logrado.

-¿En dónde encontraron todas esas botellas?- les pregunte.
-Junto a unas cascadas que hemos encontrado, parece que esta isla tiene mucha basura para estar desierta.- dijo Tony.
-¿Crees que han habido otras personas antes, unos exploradores o algo así?- pregunta Keila con la esperanza de que podamos salir de este infierno.
-Al parecer sí. mañana saldremos todos a explorar la isla.- le respondí.

Keila y Will están caminando juntos en la playa, Luisa y David siguen hablando de qué sabe quién y Sebas prepara algo de comer. Tony ha ido a cortar leña para poder hacer fuego acompañado de Gabby. Al parecer todos han olvidado que estamos atrapados en esta isla, la cual no conocemos. Creo que debemos practicar lo que nos enseña el dicho "Al mal tiempo, buena cara".

Sebas ha preparado mojarras con la leña que Tony ha cortado. Todos comimos como que si no hubiéramos comido por más de una semana, con cuidado de no tragarnos una espina. Tomamos agua de las botellas que Will y Tony nos han traído. Tony es muy servicial, el ha encontrado casi todo lo que hemos comido.

Corriendo y riendo, pasamos la mañana entera, dejando atrás todos los pensamientos negativos sobre lo que nos podría pasar. Will contaba chistes y todos nos reíamos, Gabby cantaba y lo hacía muy bien, nunca había cantado delante de nosotros, creo que le apenaba, pero para animarnos un poco empezó a cantar. Todos la oíamos con una felicidad en nuestras caras. Luego les dije que contáramos historias sobre nosotros.

- Hace diez años, cuando apenas tenía seis años de edad,- contaba David con un tono gracioso- estaba en un hotel con mi papá. En ese hotel había un gimnasio al cual mi papá iba. Me encontré a mis primos que se estaba metiendo en la piscina. Entonces dije que me quería meter a la piscina y le iba a preguntar a papá. Era de noche, así que tuve miedo, le dije a mi primo que me acompañara, pero sólo me acompaño a una parte. Entonces decidí corre. La entrada al gimnasio era una puerta de vidrio, y como era de noche, no me di cuenta de que estaba cerrada, entonces rompí el vidrio con la rodilla debido a que salte. Me pusieron ocho puntos.- dejo de relatar David, riéndose.
- ¡wow- dijo Luisa, riendo- Si que tienes muy mala suerte.
-Hace dos años atrás,- empezó a hablar Keila- un tío acababa de haber llegado de Mexico. Así que mi hermana, que es la mediana, quizo enseñarle a mi tío mi hermana pequeña. Estaba en su carreta y la tenía que bajar por dos gradas. No la pudo sostener y la botó de frente y se corto la lengua con los dientes. Mi mamá y mi tío la llevaron al hospital. Le pusieron tres puntos de los dos lados de su lengua, en total, seis. Al fina la culpa me la pusieron a mi, porque mi hermana mediana es la favorita de mi papa, aunque ella la haya botado. Una historia muy triste sobre mi vida.
- Pobre tu hermana, no me imagino lo qué sufrió- respondí.-¿Y cómo siguió después?
- Bueno, la lengua se le pegó muy rápido, ya que a esa edad sus defensas son muy altas.

El atardecer se acercaba, y no sabíamos que nos iba a pasar. Tony y David fueron a buscar más leña para poder pasar la noche. E incluso hicieron antorchas para tener la luz más dispersa. La playa se miraba muy hermosa con esas luces. El sol finalmente se escondió detrás de la pared de coral que rodeaba la isla. Cuando el sol se había escondido completamente, la playa se iluminó con las antorchas. Incluso se miraba el reflejo de la luz en el coral. Este coral era compuesto por muchos colores. Se podría decir que era muy lindo. Todos habíamos arrancado hojas de las palmeras para simular sábanas. Con solo recostar la cabeza, me quedé dormido con mucha tranquilidad, algo que no había pasado últimamente.

La Isla MisteriosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora