La puerta se abrió y dejó ver a un joven de cabello alborotado castaño y ojos claros, algo como miel. Tenía una mirada cálida combinada a la perfección con una muy intensa. Parecía que estuviera ahí solo por obligación y no por que le naciera de verdad.Es alto...muy alto.
Para ti todo el mundo es alto Dobby.
Cierto.
Debe de tener al menos 22-24 años. Tenía un aire de confianza increíble y lo envidié por eso. Por su porte pude notar que hacía deporte. Vestía una camisa formal blanca con un jean negros y tenis del mismo color y una chaqueta de jean oscura. Este hombre parecía sacado de un libro.
-Les presento al hijo de una de las discográficas más importantes de Italia - Se dio la vuelta y nos dedicó una sonrisa cordial. No tardé en escuchar uno que otro suspiro de algunas de las chicas del lugar. Yo lo hacía de forma interna para no parecer tan necesitada - Que triste que perdiste algunas de las practicantes anteriores...
-No me importaría volver a hacerlo- Dijo Lola levantándose de su silla.
-No se preocupe profesor, tengo el tiempo limitado igualmente. Vine a ver solo unas pocas, tengo compromisos que cumplir- Había escuchado a muy pocos jóvenes ser tan educados al hablar.
Su voz era gruesa y cargada de seguridad.
Giré la mirada hacia las demás personas que se encontraban ahí para saber si era la única que lo había notado, pero me di cuenta qué no. Las chicas del lugar no le quitaban la mirada de encima, es guapo hay que admitirlo, pero notó que la capacidad de disimular su asombro era poca. Parecían mirarlo como perros a un trozo de carne.
Mi intuición decía algunas ya tienen las bragas abajo.
Y como no, si el caballero adelante tiene una voz baja bragas.
Ese concepto es demasiado nuevo, hasta para mí.
-Bueno, entonces tome asiento y sigamos con la otra estudiante. Cassie, tu turno- Siguió el profe. El joven se sentó a tres asientos diagonal a mí en la parte de atrás.
Al momento de pasar por mi lado sentí que algo me obligó a mirarlo, de igual forma quería hacerlo. Tenía que admitir que lucía demasiado bien, y junto con la seguridad que destilaba, lo hacían resaltar de entre todos. Además de que su colonia se quedó en el ambiente.
No sabía si el momento pasaba lento en mi cabeza o si el era él quién caminaba muy despacio. Solo era consiente de lo bien que se veía y de que no podía despegar mi mirada. Me sentía envuelta en él, y él se daba cuenta. Me lo confirmó en cuanto una sonrisa de lado se dibujo en su rostro. Me obligué a apartar la mirada. Ya parecía acosadora.
La clase siguió y cantaron dos chicas y un chico, el cual siempre tenía la capacidad de impresionarme.
En ningún momento me llegué a sentir cómoda en mi silla. Sentía miradas a mis espaldas, sentía incomodad por razones que ni yo entendía. Mi cabello se encontraba sujeto en una coleta de caballo, pero hasta eso se comenzó a volver molesto, por lo que la solté. Mi cabeza necesitaba liberar presión, por lo que lo dejé caer mi cabello por la espalda.
No me quejaba, mi cabello era largo, en capas, negro y muy, demasiado, increíblemente ondulado, solo que el calor era tanto que no soportaba mi cabello suelto por mucho tiempo.
-Bueno, la clase acabó. Pueden irse y nos vemos para la próxima clase.
Agarré lo más rápido que pude mi maleta, me despedí del profesor y me fui. Enserio me sentía demasiado incómoda con la presencia de aquel joven. Razón o consecuencia, no la conocía. Di una pequeña mirada atrás y vi al profe junto con Lola y el joven. Seguí mi camino.
ESTÁS LEYENDO
Corriendo Entre Lobos
Teen FictionLa vida de Victoria Harper, una estudiante de veterinaria, dará un giro de 180 grados luego de que accediera a atender a tres lobos pertenecientes a los hijos del líder de un clan. Sin embargo, uno de los herederos no se la pondrá fácil. ¿Será pos...