Eren destrozado

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Eren estaba sentado en la ventana viendo hacia la calle destrozado y triste por lo que había pasado, golpear a su único y más antiguo amigo y decirle a Mikasa que la odiaba claro algunas veces se molestaba con ella y era grosero en alguna ocasión le dio un cabezazo pero ella no le hizo el más mínimo reproche.
¿Que había pasado con la niña que lo empujaba, lo aventaba contra la pared e incluso lo golpeaba en la cara?
Estaba triste si hubiera estado solo sin que nadie lo viera tal vez rompería en llanto era su misión y tenía que cumplirla hasta el final su padre se la había encomendado pero no podía renunciar, quería conocer el mundo, estar con sus amigos ya había cumplido su sueño, conocer el mundo, el sueño de armin conocer el mar pero las memorias de su padre le abrieron los ojos a un mundo que nadie más conocía dentro de las murallas, tal vez los miembros del culto, los reís o la policía militar central, ¿que podía haber hecho? El enemigo tenía pensado atacar la isla ellos tenían mucha más tecnología bélica muchos aliados y armamento, habían perdido a la titán hembra y al titán colosal este último su mejor arma el más fuerte de los titanes cambiantes solo después del fundador pero él no podía usar solo el poder de este sin un titán de la familia real de por medio.
Tenía que ser hábil había conseguido tiempo con el ataque a Marley ahora tenía el poder del titán martillo de guerra era imparable, pero mientras tenía todas estas reflexiones aparecía la imagen de Mikasa su lindo rostro siempre mirándolo atenta siempre cerca de él a pesar de que había manifestado que ella no quería estar cerca de los titanes, durante muchas ocasiones ella lo salvó y él la salvo a ella otras tantas no sabía que debía  hacer obviamente alejarse de ella era la mejor idea ella estaría más segura y podría vivir una vida plena lejos de él sin correr peligros a su lado que le habían causado varías lesiones en el pasado.

No olvidaba que la cicatriz en su lindo rostro había sido causada por él y cada vez que ella se veía al espejo vería esa cicatriz presente bajo su ojo derecho, un par de centímetros más arriba y habría perdido el ojo.

Aunque otra cosa que no podía negar era lo increíblemente hermosa que era Mikasa, desde niña demostró ser muy linda pero al crecer sus atributos no dejaron de acentuarse sus grandes y firmes pechos su cintura curveada, sus caderas que se bamboleaban cuando caminaba lo cual robaba más de una mirada o suspiró y sus largas y torneadas piernas la habían vuelto una mujer muy solicitada la cual recibía obsequios e invitaciones de varios acaudalados comerciantes y personajes de prestigio dentro de los muros, mismas que siempre rechazó ella no salía con nadie solo estaba cerca de él agachada y en muchas ocasiones ruborizada sin despegarse de él.

Aunque otra cosa que no podía negar era lo increíblemente hermosa que era Mikasa, desde niña demostró ser muy linda pero al crecer sus atributos no dejaron de acentuarse sus grandes y firmes pechos su cintura curveada, sus caderas que se bamboleab...

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Mikasa siempre te he odiado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora