☁️➷➹➷Ú𝗻𝗶𝗰𝗼

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Kim HongJoong, considerado el híbrido más lindo y tierno (por MinGi) acomodaba rápidamente sus cosas en la maleta, bajo la enfurecida mirada de su hija, y la media sonrisa socarrona de su ahora, ex-esposo. No los miraba, en ningún momento levantó la mirada, los únicos movimientos que hacía, era darse la vuelta, sacar su ropa, y limpiar las lágrimas que caían.

—¿De verdad vas a irte? Debes quedarte. —el tono de voz de JiSoo, era demandante, y su expresión era de rabia.

—Déjalo hija, no puede vivir sin mí, me necesita.

El peli-rojo no contestó, siguió concentrado en su tarea para salir rápido de allí. Necesitaba a MinGi, quería que lo mimara y le dijera que todo estaría bien. Escuchó que su ahora ex esposo le hablaba, pero ni sí quiera quiso darse la vuelta.

—Tienes que mirarme cuando te hablo. —dijo agarrándole fuertemente del brazo, de seguro le dejaría alguna marca.

—Suéltame, me duele. —no alcanzó a decir nada más, solo sintió un puñetazo en su mejilla, todo enfrente de su hija, que al parecer no haría nada, incluso parecía de acuerdo con la situación.

Se apartó, cerró rápidamente la maleta, y con torpeza la tomó, caminó por el pasillo del departamento, agarró su celular y salió, sin mirar atrás.

Esperó al ascensor, y agradeció que no estuviera nadie más, vió su brazo, y al mover su muñeca se quejó, tenía marcada la mano de aquel que consideró alguna vez, el amor de su vida. De todas formas, la vez anterior había dolido más, por lo menor ahora sólo tenía un corte en el labio, y un moretón en la mejilla. Podría ser peor.

Tomó fuertemente la empuñadura de la maleta y salió del ascensor, para caminar sin rumbo.

Caminó entre la gente, algunos lo miraban curiosos y otros simplemente seguían su camino. En un momento miró hacia una dirección específica, ahí fue dónde lo vió.

Ambos corrieron hacia el contrario, cuándo estuvieron a escasos centímetros, se abrazaron, ahí HongJoong se permitió llorar y desahogarse. Cuándo ya estuvo más calmado, el mayor se permitió hablar.

—¿Qué ocurrió gatito? Nunca te había visto así. —preguntó dulcemente.

—E-ellos me echaron... JiSoo estuvo de acuerdo, me duele. —rompió a llorar nuevamente.

Song no sabía que decir; no sabía si sentirse feliz, ya que por fin estarían juntos, justo como ambos querían, o sentirse triste por lo que le había dicho su bebé.

—Cielito, todo estará bien ¿si? Ahora iremos a mi casa y te quedarás allí, todo mejorará, lo prometo. —asintió, mientras levantaba de a poco sus orejitas, el castaño le limpió las lágrimas, y agarró la maleta, mientras que con la otra mano, entralazaba sus dedos con el más bajito. El auto estaba cerca, por lo que no tuvieron que caminar mucho.

Al cabo de unos minutos, el híbrido se había dormido en el asiento delantero. Cuándo llegaron, lo primero que hizo MinGi, fue bajar la maleta, y dejarla en la entrada de la casa, para luego volver y alzar en sus brazos a su amado gatito. Vió cómo se acurrucó un poco más, y no pudo evitar sonreír con ternura.

Lo recostó en su cama, y lo tapó con las cobijas, no quería que pasara frío.

Subió sus cosas, y se dió una ducha rápida, para luego colocarse su pijama, y acostarse por fin al lado de su gatito. Lo abrazó por la cintura y se durmió.

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El primero en despertar fue HongJoong, que al darse cuenta de lo temprano que era, intentó dormir nuevamente, pero no pudo, tenía muchas cosas en la cabeza. Por lo menos, dentro de tanta tristeza, había un rayito de luz en su camino, MinGi.

𝗚𝗔𝗧𝗜𝗧𝗢 ↝ minjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora