Tocó sus labios, atrajo esa mirada suya llena de duda y a su vez, repleta de súplicas por dar un paso más. Y con gusto, teniendo autorización, se inclinó y finalmente beso esos labios. Suaves y de sabor cereza.No eran novios, no eran amigos con derechos, no eran nada más que amigos.
Y aún así. Eran el pañuelo del otro, usándolo a su gusto hasta que estuviera sucio. Literalmente. Eran la perversión y deseos sucios del ajeno. Todo en silencio y muy bien oculto del resto del mundo.
"¡Pronto iremos a la universidad, ¿No es emocionante, Jojo?!", recuerdos hechos pesadillas, cuando Kakyoin aún sonreía.
"¿Qué piensas estudiar?", continuó Kujo.
"Estuve pensando lo un buen tiempo, creo que me gustaría ser médico, o algo así, bueno, no lo sé tan bien como tú", admitió.
"¿...?", lo miró extrañado.
"Ya sabes, desde hace un año o más me dijiste que querías ser biólogo marino", río.
"Bueno, me gusta el mar...", ajusto su gorra.
"Lo sé, y te queda perfecto".
Su vida se estaba formando, encaminándose al nuevo mundo de universitarios. Lo sueños estaban presentes en cada día de la vida de Kakyoin, hasta ese momento.
En el preciso momento en el que todo se destruyó. Su vida, su cuerpo, su mentalidad y finalmente, sus ganas de vivir.
"¿Quién está ahí?", esa presencia, miradas en su espalda y sin ver nada fuera de lo usual; era abrumador aquel ambiente.
Escucho un paso, se giró, y nada.
Un joven de 17 años ha desaparecido...
Y no quiso continuar leyendo la noticia. Un caso que impactó su comunidad y mucho más a la familia del joven desaparecido y amistades. Jotaro Kujo no descanso hasta tener noticias de su mejor amigo.
Sus piernas, no las sentía, el piso era helado, congelaba donde su piel tocará.
Estaba semidesnudo, solo usando su camisa blanca, ahora sucia de todo tipo de fluidos. A sido humillado hasta el cansancio, hasta que esos monstruos no tenían en que bañarlo. Orina, licor, semen y finalmente, más sangre de la que creía tener.Estaba en un lugar abandonado, no había ruido además del lejano de aves, algunos grillos y el de autos por una autopista.
Se levanto, tambaleó horriblemente y nuevamente cayó encima de todos esos fluidos. Ahora sumando su propio vómito.
"Porfavor...", no había nadie, aún así, rogó por ayuda. Sus piernas estaba rotas, en definitiva, lo habían atacado para volverlo un nuevo número en una estadística. "Que... alguien- me ayude...".
Su garganta ardía, sus caderas estaban picando y sentía el semen quemar.
Solo podía llorar de impotencia y puro lamento con agonía genuina. Si tan solo...
"¿Estas muerto ya?", una nueva voz.
Tembló, sollozo aún más fuerte, no quería morir. En manos de ellos, no.
"Arruinaron este lugar, que asco", otra.
"Dios santo, déjame ayudarte", una mucho más distinta, casi en tono amable, sintió que estaba alucinando.
Fue levantado por ese hombre, claro que con cuidado y lentitud fue llevado a un lugar más limpio. Donde después, con el debido resto, lo ayudo a limpiarse medianamente. Lo suficiente para no causarle asco a los que considero sus salvadores, aunque, solo uno lo ayudo.
"Llámame Pucci, jovencito".
Su cuerpo nuevamente cayó, tenso y con un evidente malestar. No físico, sino...
Y a los que creyó sus salvadores, ahora no pintaban más que el inicio de su pesadilla.
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ꏂ꒒ ꂵꋬꋪ ꒯ꄲꋊ꒯ꏂ ꒒ꋬꇙ ꋬ꒒ꂵꋬꇙ ꒦ꋬꋊ.ᴊᴏᴛᴀᴋᴀᴋ
FanfictionTenía tantas preguntas y tan pocas respuestas, y aunque quisiera saberlas todas a detalle la única que necesitaba para su tranquilidad era el por qué de su decisión. Frente a una entidad engañosa, ahora su propia vida depende de un hilo, pero ni co...