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—¡Buenas noches!

El sonido de los grillos es notorio otra vez.

—¡Adiós, ven mañana cuando te despiertes! —Haruto le responde, de pie en el marco de la puerta.

Incluso en la oscuridad total, Asahi parece que no se está moviendo de los escalones de la entrada y solo se queda ahí, cabizbajo y dudoso, como si estuviera esperando algo.

Haruto se da cuenta, da un paso afuera y cierra la puerta detrás de él. Espera a que suceda algo.

Hay una farola grande al otro lado de la calle, la cual permite ver la sonrisa amable pero algo arrepentida de Asahi esparcirse ligeramente por sus labios.

—Ven aquí. —dice en voz baja, estirando los brazos.

Haruto obedece; da unos pasos más hasta que no hay distancia entre ellos y envuelve sus brazos firmemente alrededor de la cintura de Asahi, apoyando su barbilla sobre los hombros del más bajo. Casi al instante también, siente un par de manos pequeñas y cálidas deslizarse por su espalda y un rostro apoyándose en su pecho.

Se quedan en brazos del otro por un breve momento para acostumbrarse a la sensación, antes de que Asahi susurre algo contra el pecho de Haruto, escondiendo su rostro.

—Lamento si sientes que las cosas han sido diferentes entre nosotros últimamente, es mi culpa.

—No, está bien-

Haruto lo abraza con más fuerza aún.

—Pero quiero que sepas que no soy egoísta. —continúa.

Frunciendo el ceño, Haruto intenta moverse para mirarlo, pero Asahi simplemente agarra su camisa con más fuerza y se esconde más profundamente en su pecho. Mantiene el rostro escondido y lo único que puede ver Haruto es el suave pelo negro del más pequeño.

—No soy egoísta, así que no tomes decisiones basadas en mis problemas. Yo tengo que lidiar con ellos.

La sangre de Haruto se enfría.

—Sahi no...

—No quiero que inventes ideas en tu cabeza o te preocupes por mí... No te preocupes por mí. No me estás lastimando.

Mientras habla, su aliento se vuelve caliente contra su piel, caliente y húmedo. La voz de Asahi no tiene ningún indicio de temblor; solo es un poco más suave y tierna de lo normal, y está siendo amortiguada por la camisa de Haruto.

La noche es profunda y silenciosa, una corriente de viento hace que las hojas de los árboles hagan ruido.

Haruto se inclina levemente para agarrar suavemente el rostro de Asahi y presionar sus labios en un pequeño beso en su cálida mejilla.

—No te dejaré ir, nunca, ¿lo sabes?

Asahi solo acurruca más su rostro y permanece en silencio.

—Puedes ser egoísta, Sahi.

El sonido de los grillos se hace más fuerte.

—Te quiero solo para mí. —finalmente susurra Asahi.— Lo siento, honestamente hablando.

Haruto acaricia su cabello con delicadeza.

—Ya me tienes, Sahi.

summer rain 🌧 hasahiWhere stories live. Discover now