Capítulo 3

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~Tu futuro es un enigma, te hará sentir millones de emociones de las cuales no comprenderás ni la mitad, pero esa es la alegría de existir, ese es el misterio de la vida...~

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-Pppppppppppppppppppp.

-Eh, qué... ahhh.

El reloj sonaba puntualmente, indicando un nuevo amanecer.

Un cielo despejado, el olor a café y un Obito tendido en el suelo por la sorpresa del fuerte ruido de la alarma, eran las principales cosas que deparaba este nuevo día con apenas su comienzo. Obito un poco adolorido por el fuerte golpe contra el piso, se levantó rapidamente para apagar ese estúpido reloj que lo interrumpio en sus sueños.

-Auuu... maldición eso dolió, estúpido reloj porque suenas tan fuerte- decía mientras se sobaba la cabeza por la caída -mmm, qué clase de sueño abaco de tener, era de la vida... misterio y.... ahhh que confusión, si la vida me quiere decir algo que me lo diga de frente no estoy para aguantar sus adivinanzas.

-¡Y aquí señores! podemos apreciar a un individuo que no tiene la menor idea de qué hacer con su vida, por lo que se la pasa sentado, sin bañarse y quejándose por la mínima cosa que le sucede en su miserable existencia, él es... ¡Obitoooo Uchihaaaa!

-¡AHHHH MALDICIÓN DEIDARA TOCA LA PUERTA QUIERES! entras a mi casa y a mi cuarto como si fueran de tu propiedad.

-Todavía de que te vengo a ver, que desconsiderado eres, vas a hacer que me ahoge en mis lágrimas causadas por tu rechazo hacia mí- fingía viendo al piso tristemente.

-Ahh bien bien ya no dramatices, ahora sal de aquí que voy a arreglarme.

-Como ordene mi señor- decía Deidara en un tono burlón mientras salía de su cuarto cerrando la puerta.

//Qué le pasa a este loco, acaso quiere pedirme un favor, jamás lo he visto tan alegre, en fin quiero bañarme así que adiós pijama// *sacándose el pantalón*.

-Oye por ciertooo....... wooOOOOooww.

-¡DEIDARAAAAAA OTRA VEEEZ MALDICIOOOON TOCA LA ESTÚPIDA PUERTA IDIOTAA!- estaba más que rojo tratando de taparse con las cobijas.

-JAJAJAJ oye tranquilo, estamos entre hombres y somos amigos desde hace 12 años, nos soportamos desde que teníamos 4 años- decía con un tono divertido -porque no simplemente te aceptas como Dios te hizo.

-Deidara... a veces me da ganas de matarte.

-Y lo harás si sigues viéndome con tu cara toda horrenda, como sea, regresé para decirte que la abuela nos está esperando y dice que esta vez no quiere que te demores, ya sabes, es el primer día de clases, entramos a un nuevo colegio y pues hay que quedar bien, apúrate porque no quiero llegar tarde y deja de ponerte rojo, como si fuera una mujer la que te ve.- sin decir más, salió del cuarto y ahora sí sin volver.

-Pues pareces mujer.

Se arregló lo más rápido que pudo, tratando de no pensar en la expresión que puso Deidara al verlo sin pantalón, era muy vergonzoso, Deidara tenía el jodido don de hacerlo sentir nervioso y a la vez apenado, a veces su manera de actuar hacía que dudara de su sexualidad y eso no le gustaba, cómo poder admitir eso, era todo un fastidio.

-Demonios Deidara eres todo un misterio... al igual que mi sueño- susurraba mientras hacía el nudo de su corbata -me pregunto a qué viene ese sueño tan extraño, ni siquiera recuerdo mucho, hablaba de la vida y las emociones, pero eso no me dice nada, acaso el destino quiere que me muera pensando demasiado, que dura es la vida...

In another life (Obidei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora