Capítulo 1

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"Y ahí estabas tú, sonriéndome desde lo lejos, fingiendo que todo está bien cuando yo sé perfectamente que no es así, viendo cada lágrima tuya recorrer tu mejilla mientras que tu sangre brota a lo largo de tu cuerpo manchando tu rubia cabellera, preguntándome si de verdad esto está pasando o si solo es una pesadilla de la cual quiero despertar"



Hace 25 años:

-¡Obito maldición ni en tu primer día de clases vas a llegar temprano!, ¿por qué te demoras tanto? ya ven a desayunar.

-Abuela en primer lugar no son clases solo es el kínder, no tiene nada de divertido y en segundo lugar, ¿puedes venir a ayudarme por favor?-preguntó Obito un poco apenado.

Sin más remedio fue a su cuarto preguntándose con qué locuras le iba a salir su nieto en este día.

-Solo espero que no me haya roto de nuevo el espejo- decía mientras subía las gradas, y al llegar a su cuarto miró a su pequeño nieto batallando con los cordones de sus zapatos, sudando por los nervios y ya un poco enojado, sin poder más la abuela soltó un par de carcajadas.

-JAJAJA, según tú ¿qué se supone que estás haciendo?- preguntó sin parar de reír.

-ABUELAA, no te burles me mí qué no vez que estoy chiquito- decía Obito avergonzado- además en mi defensa todavía no me enseñas a atarme los cordones ¿cómo se supone que aprenda? por favor ayúdame- exigía en forma de puchero.

-Jajaja, tienes razón, está bien pero presta mucha atención porque solo lo repetiré una vez.

-¡Si maestraaa!

Mientras su abuela le enseñaba con delicadeza cómo amarrarse los cordones Obito prestaba mucha atención, no despegaba ni un solo instante su mirada en sus zapatos, como si el mundo se fuera a acabar si lo hiciera, hasta que finalmente aprendió a hacerlo y sin más rodeos bajaron a desayunar.

Por lo general Obito casi no hablaba durante el desayuno, pero en ese día estaba un poco nervioso, y es que era la primera vez en la que iba a compartir con alguien de su edad, por lo que en su cabeza mágicamente se le cruzaban nuevas preguntas, nuevas dudas que para él era el momento preciso de averiguar.

-Abuela.

-¿Qué pasa?

-¿Me quieres?

-Si Obito, con todo mi amor.

-¿Enserio? ¡Yo también!

-...

-Abuela.

-¿Si?

-¿Esto es pan?

-Si Obito, es pan.

-Ahh

-...

-Abuela.

-Mm.

-¿Cómo estás?

*Soltando un suspiro*-Pues bien pero estaría mejor si comieras, no has probado nada Obito, a este paso vas a llegar tarde.

Obito se limitó a responder, tenía razón, si seguía así iba a llegar tarde y era su primer día, no podía llegar tarde a su primer día, él tenía que ser el primero en estar ahí, obviamente iba a estar ahí mucho antes que los demás.

Se apresuraba comiendo su desayuno sin distracciones para ser el número uno en llegar al kínder, hasta que su mirada se topó con una foto que jamás había visto, una foto de su abuela con su abuelo y ahí fue cuando de verdad se le entró una duda a la mente. *¿Mi abuela podrá ver a mi abuelo otra vez?* y de nuevo empezó a interrogarla.

-Abuela.

-Obito ¿ahora qué pasa?

-Pues... me preguntaba... ¿cómo era mi abuelo... para ti?

Al escuchar eso, una sonrisa se le dibujó en su rostro y empezó a contar detalladamente cada una de las cosas que ha vivido junto a él, cómo se conocieron, cómo era él y hasta de qué color fue su traje cuando se casaron, y sin darse cuenta se le olvidó el tiempo.

-Él... simplemente era arte para mis ojos.

-Vaya, sí que lo quisiste.

-Por supuesto que si Obito, así es el amor.

-Interesante... abuela.

-¿Sí?

-¿Crees que en algún momento puedas encontrarte con él de nuevo? digo, sé que suena muy extraño, pero siento que talvez es posible. ¿Tú que piensas?

-...Pienso que... no es algo de qué dudar, es un hecho que sí, nuestras almas están conectadas a otras, siempre vas a encontrarte con personas que talvez tu creías que nunca más lo ibas a hacer, ya sea en esta vida o en otra, pero siempre hay una persona especial, una persona que está conectada a ti así como tú a ella, alguien que sin querer lo encuentras y sin querer te enamoras, no hay explicación para eso, simplemente lo haces y ya, porque esa persona está destinada a ti desde el momento en que la conoces, quizás en anteriores vidas ya la conociste, o quizás es la primera vez que lo haces, pero una vez que se conectan, se quedan juntas por el resto de la existencia como almas gemelas.

Obito se había grabado cada palabra en su mente, se había sorprendido ante toda esa explicación y la verdad es que estaba totalmente de acuerdo con lo que había dicho su abuela, sonaba tan hermoso que incluso llegó a pensar que ese era el propósito de la vida y no ser el más millonario del mundo como él pensaba, se le vino otra duda en la cabeza y sin pensarlo dos veces interrogó de nuevo.

-Abuela entonces... ¿crees que yo pueda encontrar a mi alma gemela? eso suena muy emocionante.

-Por supuesto que sí Obito, pero recuerda que la vida es difícil, a veces las personas pasan por conflictos que las separan, a veces están destinadas a quedarse juntas en otra vida.

-Pero siempre se encuentran ¿cierto?, no te preocupes, yo soy fuerte y amoroso, puedo quedarme con mi alma gemela en esta vida y en las otras, yo lo sé, tengo fe.- decía Obito emocionado sin saber que ya habían pasado 10 minutos desde que tenía que entrar al kínder.

-Obito ¿sabes qué también se yo?

-¿Qué abuela?- decía alegre sin prestarle mucha atención vagando en sus pensamientos.

-¡QUE YA VAS 20 MINUTOS DE RETRASO Y HASTA QUE LLEGUEMOS VA A SER MEDIA HORA!

-AHHHH.

-AHHHH, coge tu mochila y vamos rápido, espero que te dejen entrar.

Obito corría, sin embargo no estaba preocupado, de todos modos no quería ir y esperaba a que no lo dejen entrar, de que le serviría estar con montón de niños sin el verdadero conocimiento sobre cuál es el verdadero propósito de la vida, o al menos eso pensaba sin saber que en ese lugar iba a cambiar su vida por completo.






In another life (Obidei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora