𝙲𝚊𝚗𝚍𝚘𝚛 [Zeke Jaeger]

Letras

TW: Este capítulo contiene menciones sobre religión.
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La voz de Sasha resonó por toda la maldita mansión.

"¡Te lo dije!" Sasha empuja el hombro de Mikasa, haciendo que se atore en lo que estaba bebiendo "amiga no te culpo, Zeke es tan..."

"Raro" murmura Mikasa antes de tomar agua para apaciguar la tos.

"No, eso no iba a decir" mete su mano en una bolsa de papitas "bueno, no es que no sea un poco raro pero también es..."

"¿Quien es qué?" entra a la habitación Hitch, otra chica de la sororidad, con una bolsa en mano.

"Zeke" habla Mina, quien ha estado en silencio todo este tiempo haciéndose una trenza.

"¿Jaeger?"

"Pues claro que Zeke Jaeger."

"(t/n) se acostó con él" te masajeas la sien. Mikasa lo menciona como si se estuviera burlando de ti.

"No me jodas" Hitch cierra la puerta y lanza la bolsa en la cama, escuchas el sonido de vidrio chocando y te preguntas si Hitch es así de descuidada siempre, las botellas pudieron haberse roto "Espera, ¿en serio?"

"No me jodas de que el tipo tiene sida o algo" le dijiste, parte de ti bromeaba, la otra no tanto.

"Claro que no, tonta." la chica cierra la puerta detrás suyo "No pensaba que fuera tu tipo."

"Te lo dije" dice Mikasa hacia Sasha.

"¿Desde cuando saben cuales son mis gustos?" les regañas, sacando una de las botellas de la bolsa y abriéndola.

"Oye, ¿tu no te ibas a Japón?" le pregunta Hitch a Mikasa

"Me voy el Viernes."

"Eso, ignórenme" le lanzas la tapa de la botella a Mikasa.

"¡Ay!"

"Okey, okey" Hitch se sienta al lado de Mina "Cuéntanos como fue."

Sasha se agarra del brazo de Mikasa, si ella no fuera tan fuerte ambas se habrían caído de la cama. "¿Es tan bueno como dicen?"

"¿Quien dice eso?" le pregunta Mikasa.

"Las chicas de último, duh" dice Mina.

Viertes el líquido de la botella en un vaso. "No lo recuerdo" dices desinteresada.

"¡Pero—!" Sasha exclama.

"Nena, estaba muy borracha." bebes del vaso "él también."

No era del todo mentira, recuerdas que se besaron, y que te llevó a su habitación, y claro, al día siguiente tu entrepierna estaba adolorida. También recuerdas lo grandes que se sentían sus manos en tu cuerpo, su aliento contra tu piel, y como te había llamado una maldita deidad solo al ver tu cuerpo. Tal vez lo haya dicho por el alcohol o por la marihuana, pero de todas formas te hizo sentir cálida.