Tercera clase

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Los chantajes ya se habían convertido en una parte de la rutina entre Koro y Karma, Akabane pedía dinero o dulces del extranjero a cambio de mantener las fotos ocultas, Koro maldecía el momento en el que aquella libreta había caído en manos de su alumno. Aunque no podía realmente culparlo, también tenia gran parte de la responsabilidad por llegar a esos extremos tenía que aceptar la gran culpa que tenia el, había sido un pésimo profesor.

Así transcurrieron un par de días en los que Karma y Nagisa iban comiendo algún dulce de camino a la estación mientras hablaban, sin embargo no todo era miel sobre hojuelas, ambos habían logrado mantener las apariencias el uno con el otro, las dudas que esa tarde se clavaron en sus corazones no salieron desde aquel momento.

¿Por qué su propio profesor los veía de esa manera?, ¿acaso había algo en su relación que daba a entender que se gustaban?

A pesar de esas preguntas, ambos chicos no habían parado sus entrenamientos, es más, aquellos momentos se convirtieron en la perfecta excusa para usar llaves, movimientos y golpes que implicaban un contacto físico prolongado. En el cerebro de Karma esto era como un experimento quería saber que tanto podía querer un contacto con Nagisa y que tipo de sentimientos tenía por él.

Por su lado Nagisa le abrumaba el hecho de tener aquellos pensamientos, hasta el momento había logrado identificar que la forma en la que se desenvolvía con Sugino era muy diferente que con Akabane, ambos los consideraba sus amigos pero, no sentía lo mismo por ambos. A pesar de notar que las técnicas de Karma habían cambiado de alguna forma también necesitaba obtener respuestas, si estos sentimientos llegaron de un momento a otro, se irían de la misma forma, ¿cierto?

No es que hubiera algún rastro de incomodidad entre los chicos era más bien un ambiente de inquietud, desde que ambos leyeron lo que su profesor había escrito fueron conscientes de una que otra cosa. Su relación había mejorado sin duda alguna, el miedo y resentimiento quedó en el pasado para Karma porque Nagisa pasó a representar otro tipo de amenaza...

--Vi esta técnica en internet, pones los brazos de tu oponente en su espalda y simplemente le das con la rodilla en la espalda baja - explicaba Karma mientras tenia las manos de Nagisa sujetas para dar el ejemplo.

--Pero, yo podría darte una patada antes de que te acerques, destabilizarte - dijo esto soltándose del agarre de Karma - y te pondría las manos alrededor de tu cuello para dejarte aturdido - comentó mientras Karma estaba un poco agachado para poder quedar a la altura perfecta.

Si antes los entrenamientos eran un tanto frenéticos, con Karma dando puñetazos, patadas y ahora eran un poco más tranquilos con ambos mostrándose técnicas que podrían permitirles estar cerca uno del otro sin que fuera demasiado obvio.

Aquella llave ya se había alargado un poco más de lo habitual, pero Nagisa no podía evitarlo, el tener a Karma en esa posición le había acelerado el corazón, el olor y el roce del cabello de Akabane estaba afectándolo realmente, lo mismo estaba pasando para el chico pelirrojo podía sentir la respiración de Shiota en su oreja mientras estaba recargado contra el pecho de su amigo.

--Nagisa-kun comienzan a molestarme las rodillas - dijo Karma dando palmaditas en los brazos de Nagisa.

-- Waa, ¡disculpa Karma-kun! - respondió soltando de inmediato, con las mejillas rojas de vergüenza.

Karma se rascó la nuca un tanto nervioso, el experimento parecía salirse de sus manos. ¿Cómo es que en un par de semanas habían pasado de tener meses distanciados a estar nerviosos el uno con el otro?

¿Acaso se habían sugestionado por las palabras de su maestro?

"Estúpido pulpo de pacotilla" insultaba Karma para sus adentros a su profesor.

Clases prácticas de asesinato [Concluida]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora