Mastermind: Inicio de la anarquía (EN HIATUS)

Cap. 6: Misión

El mundo realmente se había hundido en el caos, ¿no?

Fumikage se envolvió más profundamente en su capa y observó la ciudad falsa. Era cierto que estaba manejando la transición más fácilmente que la mayoría de sus compañeros de clase, pero era un pequeño consuelo cuando uno consideraba el estado del mundo. El centro de atención nunca había sido un lugar cómodo para él, incluso antes de que se convirtiera en un lugar peligroso para que residiera cualquier héroe. Quizás fue por su vínculo con Dark Shadow, pero siempre se había sentido más cómodo cuando lo abrazaban las sombras. 

Siempre había pensado que eso lo hacía diferente y extraño, pero resultó que la luz y el brillo que había visto al crecer en los héroes en las noticias era simplemente una distracción para ocultar la repugnante oscuridad que bullía bajo la superficie de la sociedad. Era como si, en lugar del mundo lleno de brillo y esperanza en el que había creído, la sociedad de héroes fuera simplemente un derrame de petróleo pútrido sobre el que alguien había arrojado una fina capa de brillo. Cuando la luz lo golpeó, todo lo que cualquiera pudo ver fue el destello brillante de plástico falso, ignorante de la contaminación dañina que acechaba justo debajo. 

El reinado de terror de Mastermind fue terrible, pero Fumikage no pudo decidir si era bueno o malo el haber destruido involuntariamente los focos que habían reflejado ese falso brillo de esperanza que creó la industria de los héroes. Por un lado, el mundo parecía un lugar más oscuro ahora que nunca antes, pero por otro lado, esas mismas sombras finalmente habían desenmascarado el desorden oscuro debajo y fue solo cuando esos problemas fueron visibles que se pudieron tomar medidas para solucionarlos. A pesar de lo perdido que se sentía Fumikage en este momento, no pudo evitar sentir una enfermiza sensación de gratitud por la oportunidad que se les había dado para limpiar su mundo y recuperarse de este desastre. 

No es que alguna vez le hubiera dicho esos pensamientos a nadie fuera de Dark Shadow, por supuesto, ni siquiera al terapeuta al que Aizawa lo había estado obligando a ir desde el desastre del campamento de verano. Había dado la justificación de que era normal experimentar un trauma después de un ataque de villano, pero Fumikage sabía que toda la farsa era para evitar que se derrumbara y se rindiera a los impulsos más oscuros de Dark Shadow. Después de todo, al final de la noche, no habían sido los villanos los que habían puesto a Shoji en estado crítico, había sido él. No podía simplemente poner brillo en ese recuerdo e ignorarlo como lo hacían los héroes con todo lo demás. 

Dark Shadow le dio un leve codazo en la cabeza y Fumikage se obligó a regresar al presente. No tenía sentido desesperarse por problemas que no podía solucionar. Era solo un estudiante y no tenía el poder para limpiar los líos que crearon sus predecesores. Todo lo que podía hacer era ser un buen héroe e intentar no crear más líos en el futuro y para eso necesitaba entrenamiento. 

El ejercicio actual fue una práctica de sigilo similar a capturar la bandera. Aizawa había soltado a la clase en el campo de entrenamiento con el objetivo de ser el último en pie y cada uno estaba por sí mismo mientras buscaban simultáneamente encontrar a los demás y al mismo tiempo evitar que los encontraran a sí mismos. Según el recuento de Fumikage, aproximadamente la mitad de sus compañeros de clase ya habían sido encontrados y les habían robado los pañuelos, dejando a la mayoría de los compañeros de clase más sigilosos, así como a algunos que habían decidido ignorar el objetivo del ejercicio por completo a favor de usar su combate para robar pañuelos. 

Como para demostrar su punto, Bakugo salió disparado por la calle debajo de él, usando sus explosiones para impulsarse y transmitiendo su posición a cualquiera que todavía estuviera de pie y estuviera prestando la más mínima atención. Fumikage se hundió más profundamente en las sombras de su azotea, Dark Shadow se envolvió a sí mismo a su alrededor para que fueran prácticamente invisibles cuando Bakugo comenzó a atacar a Jiro, quien había tenido la mala suerte de captar su atención.