𝙸 𝚊𝚖... 𝚂𝚙𝚒𝚍𝚎𝚛-𝙼𝚊𝚗!?

III

꧁𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝟑꧂

𝙰𝚋𝚊𝚗𝚍𝚘𝚗𝚊𝚍𝚘.

¡Hola!, ¿como están?...

Soy yo.

Su amigable vecino Peter Parker.

Han pasado muchas cosas desde la última vez que nos vimos.

Ahora tengo 5 años, he vivido muchas cosas conforme ha pasado el tiempo.

La vida con mis padres es como cualquier niño podría desearla.

Mis padres siempre tratan de prestarme atención, más mi madre que mi padre.

Obviamente por sus trabajos e investigaciones no siempre es todo el tiempo.

Esto me parece lo adecuado.

No me hacen a un lado pero tampoco me sofocan con su amor y sobreprotección.

Como lo mencioné antes mi padre parece ser alguien con un buen capital. Por ende el dinero no es un problema para nuestra familia.

No me siento solo por que la mayoría de los sirvientes tienen hijos, por ende mi madre les permite traerlos de vez en cuando para jugar conmigo.

Y tu te preguntarás, ¿Cómo puede una persona de 17 años reencarnada divertirse jugando con niños?

Pues no lo sé.

Mi mente es consciente de lo cruel y despiadada que es la vida real, mi pensamiento no es inocente como la de los demás niños, pero aún así me veo afectado por las etapas que traen las edades consigo.

Por ejemplo...

Un adulto puede estar sin problemas sentado durante unas horas viendo la TV, sin importar si ese adulto sufre de hiperactividad.

Yo por otro lado, a pesar de tener la pensamientos adultos no puedo evitar querer jugar todo el día, tengo mucha energía.

Gracias a eso mis padres decidieron contratarme un tutor apenas cumplí los 4 años.

Este hombre cuyo nombre no es relevante era el encargado de educarme no solo académicamente hablando.

Me enseñaba reglas de etiqueta, para los eventos formales de mis padres a los que tenía que asistir.

Me enseñaba idiomas, aunque sólo lo más básico, ya saben las vocales y los números del 1 al 10.

Y también me daba clases de educación física, obviamente no hacía abdominales, sentadillas o trote, solamente el clásico laterales, arriba, laterales, abajo y ya, un par de saltos con cuerda tal vez y eso era todo.

Hoy, como todo buen fin de semana es día de Pizza así que por ende salimos a comprarla todos juntos en familia.

Eran las 7 cuando salimos de casa así que estaríamos de vuelta al anochecer.

"Pareces emocionado Peter." me pregunto mi madre mirando a través del espejo del auto.

Yo solo asentí inquietamente.