Para toda la Eternidad (In aertenum)

Prólogo

Me encantan los Tulipanes rojos, nunca antes alguien me había regalado Tulipanes, y hoy Jayden se convierte en el primer chico que me regala flores y mis favoritas. Recibo el ramo de Tulipanes que me ofrece.

-Guao, debo anotar esta fecha en mi diario -digo- Jayden Cooper regalándome flores.

-Rueda los ojos- Considérate afortunada.

-Oh, claro que me sentiré afortunada -digo-

Nos sentamos en un banco que se encuentra en el mirador.

- ¿Sabes la leyenda de los Tulipanes rojos? -le pregunto-

-No -dice- a ver, cuéntamela.

-Vale.

Comienzo a contarle...

Cuenta la leyenda, que detrás de la aparición de los hermosos tulipanes rojos se halla una trágica historia de amor. En la antigua Persia, un príncipe llamado Farhad estaba locamente enamorado de la hermosa doncella Shirin; sin embargo, él no lograba expresarle los profundos sentimientos que hacia ella tenía -hago una pausa, y luego continuo- Un día, llegó a oídos del joven que su amada había sido asesinada, y el dolor de su partida, además del arrepentimiento por no habérsele declarado, hicieron que montando su caballo se lanzara de un gran acantilado. La sangre que brotó de los golpes y heridas que sufrió durante su penosa muerte dieron como fruto hermosos tulipanes rojos, que simbolizaron la pasión y belleza del amor de verdad. -Termino de contar la leyenda-

Volteo a ver a Jayden y el me mira ¿fascinado?, hasta que rompe el silencio.

- Que trágica historia -dice, colocando la vista en el atardecer que tenemos frente-

-Lo es -digo, mirando el perfil de su rostro- Solo por no expresar los profundos sentimientos que sentía...

Voltea y me pilla mirándolo, llevo mi vista al frente rápidamente algo avergonzada, mis mejillas se calientan y supongo que se han puesto rojas. Volteo nuevamente y el sigue observándome. Observo sus hermosos ojos cafés, lleva su mirada a mi labios, y es allí cuando siento un extraño cosquilleo en mi estómago.

¿Qué me estás haciendo Jayden Cooper? Pienso...