ᴍʏ ᴋɪɴᴅ ᴏꜰ ᴡᴏᴍᴀɴ - Kate Schmidth Y Tú

Capítulo 2

Me jode ser tan indecisa y no saber que quiero de ti.
Estoy segura de que te quiero conmigo, de que no me importa nada mas que ver tu sonrisa.
Lo que me confunde  y me quita el sueño, es que el problema soy yo.
Yo y mi estúpido miedo a ir deprisa, mi temor a no ser suficiente y no querer mirarte.
Mis miedo me consumen y me hacen débil.
Ser débil me hace pensar que tal vez ante tu mirada no soy perfecta.
No ser perfecta hace que mis inseguridades se alboroten y descubran lo que en realidad soy.
Una simple chica que espera que una pizca de tu mirada caiga sobre ella.

—w—

—¿Qué demonios, Kate?— Deena me miraba sorprendida—¿Desde cuando recibes estas cartas?—Ella hace que mi sonrisa tonta se borre de mis rostro. Esperaba una reacción completamente diferente.

—¡Uhhhh! Una admiradora secreta— Simón se burlaba desde la otra punta de la habitación.

—Kate, no puedes tomarte esto tan a la ligera—Deena releía la carta—No le conoces, puede ser  cualquiera, hasta un viejo haciéndose pasar por una chica que te admira—

—Lo sé, pero tampoco es como si estuviera haciendo algo malo, Me gusta lo que me escribe, es lindo—

—No puede ser— Simón se acercaba hasta donde estaba yo— Realmente te gusta la chica de las cartas—Me miraba con una sonrisa burlona.

Le evitaba la mirada y trataba de buscar alguna excusa para cambiar de tema.

—Kate—Deena me miraba mientras se cruzaba de brazos.

—¡Quiero saber quién demonios es "w"!—Grite de repente haciendo que los dos se asustaran.

—Bien—Deena resoplo y se recargo en la pared de mi habitación—Pero no te hagas ilusiones—

Tan pronto como terminó de hablar, el teléfono de la casa comenzó a sonar. Baje las escaleras en busca del aparato y cuando por fin lo descolgué para saber de quien se trataba. Nada, no había nadie de él otro lado de la línea, solo se escuchaba una respiración continua.

—¿Hola?—Nadie me respondió—Si quieres hacer bromas ¡No marques a este numero!—

Deje el teléfono de nuevo en su sitio, me di la vuelta para irme, pero este volvió a sonar haciendo que comenzará a asustarme. Conteste  nuevamente y se escuchaba la misma respiración de hace un rato.

—Oye, creo que te equivocaste de numero—Justo cuando iba a colgar, su voz se hizo presente.

—Kate— La persona de la otra línea sabía mi nombre— Perdón si te llamo en un mal momento, soy yo, Rowan—Que alivio, casi me da un infarto.

—Rowan, casi me matas del susto, ¿Qué pasa?—La chica tomó un gran suspiro.

—¿Crees que pueda ir a tu casa?—Su respiración se escuchaba entrecortada. Eso me sorprendió un poco pero asentí—Realmente no quiero estar aquí —El mucho miedo en su voz decía suficiente.

—¿Quieres que vaya por ti? Está lloviendo afuera y... —

—Kate el está aquí— la chica comenzó a sollozar del otro lado de la línea—El me veía desde la ventana, Kate—Su respiración se aceleraba y su voz se cortaba al mismo tiempo que las palabras salían de su boca.

—¿Quien?—La llamada se colgó y me preocupación aumento—¿Qué mierda?— intente llamar de nuevo al mismo número pero nadie contestaba, y después de unos minutos intentándolo, el sonido del timbre  de la puerta llamó la atención en la casa entera.

—¡oh por dios!—Simón gritaba con total asombro—¡Kate! ¡Hay una extraña empapada en tu puerta! — Rowan. Corrí hasta la puerta de entrada con una manta en mis manos y los nervios a punta.

—¡Rowan!—La chica tenía la mirada perdida mientras yo la envolvía con la manta.

—¿La conoces?—Pregunto Simón con el ceño fruncido.

—Si, bueno es una compañera de clase—

—¿Es nueva en la escuela?— El rubio la analizaba con la mirada—Nunca la había visto antes—

Ayude a la chica a entrar en la casa para después hacer que se sentará en sofá. Con el simple tacto de mis brazos y las miradas de curiosidad de Simón, la chica se tensaba.

—¡Mierda Kate!—la mirada de Simón se encontraba fija en la mano derecha de Rowan—¡Está sangrando!— los nudillos de la blanca mano de la chica estaban ligeramente heridos y ensangrentados.

—¿Qué esta pasando aquí?— Preguntaba Deena mientras bajaba las escaleras. Se quedó sorprendida por la cruda escena ante sus ojos.

—Deena trae el botiquín esta en la cocina—Le ordene y ella rápidamente desapareció por la puerta que la guiaba hasta su destino. Mientras tanto Rowan parecía en Shock, no había dicho nada desde que llegó y no hacía ningún movimiento. Había rastros de lágrimas en su rostro y su maquillaje hacia una gran capa negra, abundante cubriendo la parte posterior de sus lindos ojos.
Deena entro a la sala de estar con un poco de alcohol y Vendas. Intento acercarse a Rowan y esta se alejo pegando su cuerpo más al mío.

—Tranquila yo lo hago— dije quitándole el alcohol a Deena—Rowan yo voy a cuidar de ti—

La chica asintió con la cabeza mientras me dejaba a tomar su mano, con delicadeza de no lastimarla más de lo que ya estaba. Mientras cuidaba de sus heridas ella miraba algún punto fijo en la pared y soltaba alguno que otro sollozo.

Yo voy a cuidar de ti.

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