Comienzo

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02:30 am

Jamás se le cruzó por la cabeza. Jamás se llegó a imaginar que transitaria la situación en la que se encontraba en estos momentos. Jamás lo pensó, por la simple y corta razón de que él confiaba plenamente en su esposo y en el amor que decía tenerle.

Es por eso que no entendía.

No llegaba a entender el porqué.

Tenía muchas ideas en su cabeza, muchas opciones, se estaba maquinando demasiado y sabía que eso no era lo mejor, pero realmente nada importaba ahora. No importaba porque el tema aquí no era ese, sino uno que le dolía aún más. Tenía demasiadas ideas, pensaba y pensaba en que quizás hizo algo mal, quizás se equivocó en algo, algo de lo que no s dió cuenta y ese error llevó a que su esposo Taehyung le fuera infiel con su propia secretaria. Llegó a pensar esa opción, llegó a hecharse toda la culpa, pero cuando supo que las cosas no eran así, se desligó por completo de esa idea tonta, y ahí la rabia lo invadió más.

Rabia, porque Jungkook le había entregado toda su vida.

Sentia demasiado enojo y era completamente normal y más que aceptable. Enojo al saber que Taehyung no valoró ni una mierda la relación tan linda que tenían, enojo al saber que no le importó ni siquiera sus propios hijos a la hora de acostarse con la linda rubia, aquella que ocupaba el puesto de secretaria de su esposo. Bueno, ex esposo.

Porque sí; durante su relación tomaron la decisión de adoptar, ambos tenían muchas ganas de ser papás. Lo hicieron y así se terminó de concretar la familia, una linda familia en la que Tae no pensó cuando empotraba a la rubia aquellas noches. Entonces el enojo de Jungkook aumentaba cada vez más al darse cuenta de eso. Es decir, a él podía hacerle lo que quisiera, ya realmente no le importaba. Pero Taehyung tocó algo más, se metió con los dos niños, las dos personas más importantes en la vida de Jungkook, no pensó en ellos, en el sufrimiento que les causaría. Y sabía que no debían meterlos en su relación, Jungkook lo sabía a la perfección. Pero sus pequeños no eran tontos, se darían cuenta de lo que estaba sucediendo y su reacción no sería la mejor de todas.

Por eso, Jeon estaba odiando con todas sus fuerzas al que alguna vez fue su esposo.

Ni siquiera le importó sus propios hijos.

Y por otra parte no le sorprendía para nada. Digamos que Jeon tenía sus sospechas acerca del tema, pero como siempre, eligió creer en su esposo, eligió confiar en él y no hacerle caso a los rumores. Pero claramente se equivocó y para su mala suerte, se dió cuenta muy tarde. Ahora sabía que todos esos comentarios que se oian en los pasillos de la empresa Kim eran ciertos. Ahora creía en todas esas palabras, sabía que Taehyung la invitaba a comer, le daba regalos costosos como por ejemplo ese lindo auto rojo en el que apareció la rubia de un día para el otro. Ahora confirmaba que no estaba loco, lo confirmaba cuando recordó como aquella noche Taehyung le negó hasta el final el perfume de mujer que traía en su camisa. Sabía también sobre los comentarios horribles que esa señorita se atrevió a decir sobre sus hijos, sin que Tae la parara y le pusiera un alto. Ahora sabía porque cuando lo llamaba, siempre le respondia una mujer. Ahora se explicaba aquel gemido que escuchó una vez, seguro la estaba cogiendo en su escritorio ahora que lo pensaba, lo cual por supuesto, Kim negó. Ahora sabia la razón por la que su ex esposo llegaba a altas horas de la madrugada, y no era por trabajo.

Ahora Jungkook sabía muchas cosas. Y ninguna se las perdonaría.

La situación actual tampoco le sorprendía. Iban a dar las tres de la madrugada y el señor no se dignaba a aparecer, igual que desde hace cuatro meses. Jungkook estaba en el sillón de la entrada, esperándolo como siempre. Solo que esta vez no se desvelaba para verificar que Taehyung estuviera bien y que regresaba a casa sin ningún daño, ahora lo esperaba porque tenían muchas cosas de las cuales hablar, porque esta misma noche, dejaba de ser un Kim.

Infiel | KTH + JJK ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora