Safe place

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Existen momentos en los que la masiva cantidad de trabajo y falta de sueño terminan afectando a Xiao Zhan, esto puede bien terminar en él llorando en alguna parte (probablemente un baño), gritando o teniendo ataques de ansiedad. Hoy, por suerte, es uno de los días en los que se siente extremadamente exhausto para hacer alguno de ellos y solamente está en su habitación con los ojos cerrados preguntándose si todos los caminos y vueltas que ha dado en la vida realmente valen la pena. No es que no le guste su vida ahora, pero a veces desearía ser sólo otra persona común y corriente, tal vez tener su propio restaurante o una cafetería, se pregunta entonces - si Yibo tampoco fuese una figura pública - si habría llegado a conocer a su esposo. Quiere creer que si, quiere ser un poco infantil y creer que las almas gemelas y todo el asunto del hilo rojo existe, que Yibo y él están destinados y que sí, de alguna forma, podrían haberse conocido en otra situación, en distintos lugares, siendo tal vez diferentes personas. No importa porque al final del día, incluso si enserio fuera un leoncito, Yibo sigue siendo Yibo.

Zhan estaba empezando a divagar nuevamente (como pasa siempre que está sólo) cuando sintió un peso añadiéndose sobre la cama, una sonrisa se posó en sus labios, no necesitaba girar para saber quién era.

"Zhan-ge" - la voz de Yibo era suave, como si Xiao Zhan fuese un conejito que se asustaría si levantase un poco más la voz. - "¿Te sientes bien? ¿Comiste algo?" - preguntó acariciando su brazo, descendiendo hasta llegar a su mano y enlazar sus dedos. Zhan sonrió ante él acto.

"Comí un poco de las sobras de anoche, no tenía ganas de hacer algo más" - respondió con simpleza, ligeramente sorprendido de su voz, que se escucha a rasposa y seca, ¿cuánto tiempo llevaba acostado? - "¿Quieres que cocine algo?" - dijo dándose la vuelta observando a su esposo, Yibo tenía un rostro serio, preocupado también, Zhan sonrió confundido.

"Gege, ¿por qué estás llorando?" - ah, era eso, no sabía que había estado llorando, llevó una de sus manos a su mejilla, sintiendo la humedad en estas. ¿Cuándo empezó a llorar? Tal vez estaba muy agotado para notarlo. - "¿Estás cansado, Gege?" - escuchó decir a Yibo, Zhan sonrió de nuevo (supone que está un poco ido, pues no recuerda haber dejado de sonreír en algún momento), asintió y ninguno de los dos habló más. Yibo acercó a Zhan a su pecho, acariciando su cabello con gentileza, presionando las yemas de sus dedos dándole un masaje. Con su otra mano rodeaba su cintura haciendo pequeños círculos en la espalda baja de Xiao Zhan.

"Gege ha trabajado muy duro últimamente, necesita descansar" - murmuró Wang Yibo, dándole un gentil beso en la frente a Xiao, Zhan sonrió apegándose más a su esposo, olfateando su aroma. Era reconfortante y lo hacía sentir seguro. Levantó un poco la cabeza encontrando a su esposo viéndolo con tanto cariño que Zhan sólo podía regresarle la mirada con toda la admiración del mundo.

Porque sabía que Yibo también estaba cansado, que había estado en lugares distintos todo el mes tanto por su trabajo como las inundaciones en su pueblo natal, y que seguro se sentía igual o peor que él. Pero aquí está, aún en su ropa de viaje, con ojos cansados y cuerpo pesado, acariciandolo y haciéndolo sentir protegido, amado.

Se acercó un poco más, besándolo con parsimonia, tan lento y suave como si fuera a quebrarse, era su forma de adorarlo, de demostrarle cariño y lealtad a su dios. Pasó sus manos por detrás de su cuello, acarició sus cabellos y los revolvió un poco; el sol de la tarde ocultándose tras la ventana de la habitación hacía ver la escena como algo mágico, digno de un dios.

Cuando se separaron, Zhan le dio un último piquito mientras soltaba risitas al ver la carita de Yibo, le recordaba a un gatito mimado por la manera en que el puchero daba lugar en su rostro. Lo besó una, dos, tres veces más hasta que sentía el sueño en su cierto incrementar. Ya que los días eran fríos, el calor proporcionado por el cuerpo de Yibo lo hacía sentir calentito y acogedor.

Yibo sonrió con amor ante la perfección frente a él, viendo los ojitos cansados de Zhan cerrarse cada vez más y no pudo resistirse a besar sus párpados cansados y el rastro de lágrimas que había quedado de su llanto anterior.

Zhan sólo acabó por mostrar su dulce sonrisa antes de dormirse, después de todo, estaba en el lugar más seguro en el mundo: los brazos de su esposo, los brazos de Yibo.

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El Yizhan soft-domestic es todo lo que está bien♡

𝐆𝐫𝐞𝐞𝐤 𝐆𝐨𝐝; YizhanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora