Jacob Zabini.Me levante de la cama hojeando mi libro acercándome a mi armario sin despegar la mirada del párrafo.
—Alnilam es la cuarta estrella más brillante en la constelación de Orión.—susurre a lo bajo.—Forma parte del llamado Cinturón de Orión junto con Mintaka y Alnitak, siendo la más brillante de las tres, pese a que es la más lejana en años luz.
Escuche unos gritos en el pasillo de la casa, rodé los ojos ignorándolos concentrándome en el libro.
—¡Vamos Isabella!
—¡No!
—¡Ven acá! ¡No... no me cierres la puerta en la ca...!
Acerqué mi libro entrecerrando mis ojos tratando de memorizar el párrafo, me ayudaba bastante repasarlo una y otra vez en mi cabeza.
—Alnilam es la cuarta estrella más brillante en la constelación de....—la puerta de la habitación se abrió al instante desconcentrándome, levante mi mirada encontrándome con Jack que se veía agitado.
—Isabella está enojada y llorando por toda la casa.
Suspiré,—¿Ahora que broma le hiciste?
—¿Yo?—se apuntó así mismo,—No me vengas a culpar a mi.
—Siempre le estás haciendo bromas, Jack. Siempre termina llorando o enojada. ¿Ahora que le hiciste?
—Oh no, créeme que no hice nada. Esta enojada con los dos.—me apunto para después apuntarse repetidamente.
Cerré mi libro aventándolo a la cama dirigiéndome al pasillo, miré a Jack que apunto hacia la habitación de Isabella.
—¿No será que está en sus días?—arquee mi ceja,—por qué si es así, es mejor saberlo, la última vez nos aventó una lámpara.
—Ni me lo digas, me quedo un chichón en la frente.—murmuró Jack haciendo una mueca, como si recordara el dolor.
Agarre la perilla de su puerta abriéndola encontrándome con Isabella llorando abrazada del gato y en toalla.
—Isabella, ¿Qué paso?
Nos fulmino con la mirada mientras abrazaba y acariciaba al gato llorando desconsoladamente.
—Padre vendrá, y nos va a regañar.—me dijo Jack a lo bajo.
Me acerqué a ella,—Isabella, ¿Por qué estás llorando y abrazando al gato?
—Los odio.—sollozo.
—¿Ahora por qué nos odias?—pregunte confundido,—Digo... por qué hace dos días nos odiabas por habernos comido los últimos chocolates, y hace una semana nos odiabas por qué no regamos las plantas.