[EDITANDO]
¿Qué pudo haber pasado si Kotoha nunca hubiera visto a Douma devorando a aquellos que se hacían llamar su culto y nunca hubiera arrojado a Inosuke de aquel acantilado?.
Esta historia narra la vida de Inosuke Hashibira el "hijo" de la seg...
| Esta Historia es Original no se permiten copias ni adaptaciones, Derechos a Koyoharu Gotōge por los personajes, además no estará muy apegado al manga, será cambiado levemente para que quede bien para la historia.|
Capítulo editado: 15.01.24
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— Hashibira Inosuke.
— Eh?? — La ojis esmeralda miro en frente, donde un hombre con abanico se encontraba sonriendo.
— Le daré mi apellido a Tu bebé — Hablo tranquilo, mirando que la mujer alzaba al bebé sonriendo — Mm, también estaba planeando dárselo a Kotoha — Eso desconcertó a la joven mamá — Hashibira Kotoha, ¿Qué te parece?.
La mujer solo miró al suelo, mientras que sus ojos se llenaban por las lágrimas, sonrió con felicidad y abrazó a su contraria sorprendiendo lo.
— Muchas gracias — Hablo mientras abrazaba más al hombre.
— Haha, que tierna eres — Dijo haciendo sonrojar a la mujer.
— G-Gracias por todo Douma-San, fue desde un principio muy amable conmigo y me hace sentir muy querida — El rubio prestaba atención a la joven mujer quien se encontraba agarrando la manita de su hijo pequeño, ante los ojos del demonio, aquella mujer era hermosa — Usted desde el minuto 0 que nos conocimos, me ha cuidado y alimentado, me ha dejado dormir bajo su techo, estaré eternamente agradecida por eso.
Los ojos de Douma miraron caer las lagrimas de los ojos verdes de Kotoha, un sentimiento raro resurge de él, como un fuerte calor invadiendo su pecho, era casi similar a la sensación del sol cuando tocaba su piel. El rubio agarro a la mujer en un abrazo junto al niño, en ningún momento paro de sonreír, estaba decidido, aquella mujer estaría en su lado hasta que la vejez llegue y fallezca naturalmente. También aquel niño seria criado como suyo para así ser una familia completa.
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Como si los años no importaran y el tiempo se redujera solo a unos segundos, ellos ya eran una familia, una peculiar, siendo el mayor de los tres un simple y vil demonio, y el menor solo un pequeño bebé que necesitaba el cuidado de los adultos de su alrededor.
Un pequeño niño de no más de dos años se encontraba sentado en el césped mientras sostenía en frente de un jabalí un poco de vegetación, el animal comía tranquilamente de la mano de el bebé sacándole unas risillas por las cosquillas que le otorgaba el hocico del herbívoro. Luego de haber comido su almuerzo, aburrido, se había ido al patio de la residencia de Douma para jugar, encontrándose al animal comiendo de las plantas que su madre habían plantado, supuso que estaba hambriento así que le comenzó a alimentar.
