Doble cara

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¡Hola a todos de nuevo! Como ven, me he animado lo suficiente para hacer el segundo capítulo relativamente pronto (?)

Muchas gracias por el apoyo que le han entregado a esta pequeña obra que día a día toma más forma, con sus votos <3 Y a los que todavía no han dejado su pequeño review, ¿qué esperan? (?) Los espero ansiosamente <3

Pues eso, ojalá les guste.

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Había pasado una noche simple y derechamente, de mierda. Abriendo los ojos cada cierto tiempo, cerrándolos después, durmiendo intermitentemente y por tanto, descansando poco más que nada. Y es que era difícil, imposible descansar sabiendo que había probablemente herido a la única persona que realmente le había interesado lo suficiente durante toda su existencia.

No quería decir que jamás se había relacionado con otros, no. Simplemente había socializado inútilmente sin encontrar siquiera a una persona que valiera la pena, pensando inocentemente que si seguía haciéndolo encontraría al fin un grupo de personas a quienes realmente valorar.

Pero no. Había logrado encontrar a alguien interesante y la había jodido por completo.

—¿William? ¡¿William?!

Se sobresaltó y a punto estuvo de botar su café al suelo. Agarró con más fuerza el delicado vaso de cartón mientras miraba pensativo al hombre que tenía delante de sí. Marcus, el profesor de ciencias que resultaba ser también el profesor jefe del curso, le estaba viendo con un rostro de aparente preocupación.

—Como decía —volvió a repetir, un poco molesto de no haber sido escuchado antes— Yuki no ha venido hoy.

Así que sus sospechas estaban en lo cierto. No le había visto durante toda la primera hora de clases, y tampoco había podido encontrarlo durante el receso. ¿Se habría enfermado?

¿Tendría un problema?

Estaría quizá... ¿molesto? ¿Dolido?

Marcus, suspirando con el cansancio propio de unos huesos cansados por la enseñanza, rebuscó entre su carpeta de papeles amontonados hasta que dio con algunos de brillantes colores.

—Y si no necesitas nada más, me gustaría que tuvieses esto —William apenas tomó la pila de volantes entre sus dedos, ensimismado en su propia mente— El año pasado nadie del curso participó, ¿por qué no los entusiasmas? Estoy seguro que alguien tan admirado como tú podrá hacerlo.

—¿Admirado? —respondió, sorprendido y confuso a la vez.

No, definitivamente no podía considerarse a sí mismo como un influjo en los demás. Sí, tenía notas altas porque se le hacía fácil (aburridamente fácil) el sacar buenas calificaciones pero hasta ahí podría llegar su aparente popularidad.

Con ganas de golpearse contra la pared, recordó. Había socializado mucho con todos en el pasado y quizá todos pensaban que era alguien "bondadoso" por naturaleza, porque siempre solía estar en el momento justo cuando le necesitaban. Claro está, de forma involuntaria.

—Sí, siempre me llegan buenos comentarios de ti, que eres muy atento —el profesor Marcus sonrió abiertamente, confirmando involuntariamente las sospechas de William. Luego de echar un rápido vistazo a su reloj de pulsera (desgastado, de cuero, como la gran mayoría de sus modestos accesorios) continuó— Es algo muy apreciado por tus compañeros. Ahora ve antes que empiece la próxima clase, ¿eh?

Marcus definitivamente era un profesor fuera de lo normal, pero en un buen sentido. Le sonrió abiertamente, agradecido sinceramente de su amabilidad, y se prometió a sí mismo que entregaría esos volantes. Aunque ni siquiera supiera de qué se trataban.

Pandora's Box (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora