Jesucristo contra el Anticristo

294 22 10
                                    

La batalla de verdad comienza. Jesucristo revela la razón por la cual nunca ha luchado con todo su poder.
Sabiendo que Abai está lejos, puede liberarse sin problema para acabar con el Anticristo. Todo empieza con unos golpes mucho más fuertes que los anteriores, los cuales provocan un aire tan fuerte que hace colapsar los edificios cercanos.

Sin embargo, el bastón del Maestro Roshi sigue sin sufrir daño alguno. Jesucristo tampoco quiere destruirlo, pues sin él no podrán crear la madera de Rajoy. Dándose cuenta de esto, decide usar su ataque más poderoso, el pecador de almas. Un ataque especial por una razón, únicamente hace daño a personas con pura maldad en su cuerpo.

- Veo que empiezas a cargar un ataque poderoso -exclama el Anticristo en tono burlón-.
- Quiero acabar con esto rápido, insecto.
- Veamos si se te da tan bien defenderte y moverte mientras cargas el ataque.

El Anticristo va directo hacia Jesús para evitar que cargue el ataque, pero todo es inútil. Con una única mano puede cargar el ataque, mientras que con la otra bloquea los golpes del Anticristo. Justo cuando carga el ataque, decide arrinconar al Anticristo para que no pueda esquivar el ataque. Poco a poco, mientras va bloqueando los golpes, Jesús le hace un barrido que lo deja en el suelo.

- Me da igual con que ataques, este bastón lo resiste todo.
- No conoces bien este ataque. El pecador de almas solo afecta a personas con maldad en su cuerpo. Si intentas bloquearlo, la luz atravesará el bastón como si fuera un cristal.

El Anticristo se da cuenta de la situación, y justo cuando Jesús lanza el ataque, este se levanta para atacarlo por la espalda. El ataque deja perplejo a Jesús, es imposible que haya podido fallar, ha subestimado de nuevo la velocidad del oponente. Empieza a ser consciente de que la única forma de que el ataque le dé es inmovilizarlo, así que tendrá que cansarlo antes de cargar otro ataque.
Para hacer esto, empieza a lanzar grandes rayos por todo el campo, con suerte no podrá bloquearlos todos.

Mientras lanza los ataques, Jesús oye una voz acercarse.
- He vuelto Jesús, estoy listo para ayudarte -exclama Abai-.
- Ingenuo, mi ataque te matará, ¡huye!
Pero Abai no logra huir, un rayo le impacta en el cuerpo y acaba tirado en el suelo, soltando rayos a su alrededor.
- Vaya, vaya. El mismo Jesucristo ha matado a su ayudante.
- Calla Anticristo, esto no va contigo.
- Ahora si que sí que la has cagado, a parte de que no me has logrado dar, matas a un joven inocente.
- El inocente eres tú por creer que he muerto -exclama Abai-.
- Imposible -gritan los dos cristos-.

Como Abai tenía el poder de la zapatillas del rayo McQueen, ese rayo de energía no lo mató, solo le dió más velocidad. La razón de que cayera fue el repentino aumento de poder.

- Escucha Anticristo, yo soy Abai. Gracias a este poder soy el hombre más rápido del mundo. Veamos si puedes bloquear mis ataques.

Abai ataca al Anticristo con una velocidad tan alta que este no puede bloquear los ataques, ni el mismo Jesucristo puede ver los movimientos de Abai. Ante la cabeza de Jesús pasan miles de pensamientos: La manera en la que ha conseguido las zapatillas, como el rayo le ha dado más velocidad...
Deja su mente en blanco y es consciente de que esta es la oportunidad de cargar otro ataque.

Abai deja al Anticristo cansado, pero justo cuando iba a darle el golpe que lo iba a inmovilizar, pierde su velocidad.

- Se te acabó el efecto niño, esas zapatillas no duran para siempre.
- No puede ser, te he fallado Jesús, o tal vez no.
- Tranquilo Abai, lo has hecho bien, gracias a que lo has cansado, es más probable que el pecador de almas impacte sobre él.

Abai pensó en que pasaría si ese ataque no acertaba sobre el Anticristo. Para evitar eso, lo agarró por la espalda y lo tiró contar el suelo.

- ¡AHORA JESÚS, LANZA EL ATAQUE!

El pecador de almas sale del dedo de Jesús, a punto de impactar contra el Anticristo, pero, otra vez, se escapa y el ataque impacta contra Abai.

- Que inútil, el chaval ese se debe haber roto algunas costillas al tirarme. Por suerte a mí no me ha pasado nada -dice mientras apoya su mano en el hombro-.
Sin embargo, cuando el Anticristo separó su mano de su hombro, notó una sensación pegajosa. Cuando se miró la mano, vio trozos de carne que se pegaron por la sangre; su cuerpo se estaba deshaciendo.

El Anticristo no había esquivado el ataque, parte de el le había rozado el hombro. Poco a poco el pecador de almas iba destrozando su cuerpo, hasta que no quedaron ni los huesos.

Jesús se dirige hacia Abai.
- Gracias, si no lo hubieras agarrado no le hubiera dado.
- No importa Jesús, de todas formas voy a morir.
- Pero, ¿Que dices?
- Ese ataque me ha dado, me espera el mismo destino que... Él -dice mientras señala lo poco que ha quedado del Anticristo-.
- No te preocupes, ese ataque solo mata a personas malvadas. A ti no te hará nada. Anda levanta.
- No puedo.
- Que te levantes, cojones.
- Creo que me he roto las costillas.

Jesús le arregla las costillas con el mejunje Art Attack. No preguntéis como lo ha hecho, es la magia de los libros. ( ¿O acaso alguna parte de esta historia tiene sentido? )

Después de la reparación, recogen el bastón del Maestro Roshi. Ya solo queda 1 objeto para poder salvar a la humanidad.

Jesucristo el mata furrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora