PRIMER DÍA

73 12 0
                                    

Min Yoongi siempre había odiado los días en que tenía que hacer actividad física. Desde que estaba en la escuela primaria, en donde los alumnos tenían que salir de sus aulas para hacer ejercicio físico al menos dos días a la semana, había desarrollado una especie de repudio contra el ejercicio. Odiaba sudar. Odiaba el molesto dolor que invadía su cuerpo y la sensación de quemazón que le quedaba después de hacerlo. Odiaba que su corazón se acelerara al punto de hacerlo pensar varias veces que le daría un infarto, y sin duda alguna odiaba sentir que podría morir por falta de aire.

Por esa razón, creía que algún ente desconocido se había apoderado de su cuerpo el día que aceptó acompañar a Jeon Jungkook al gimnasio.

Porque su mejor amigo, como punto completamente opuesto a él, adoraba el ejercicio físico. Lo hacía casi todos los días. Iba al gimnasio seis días a la semana, con el domingo siendo su único descanso, y cuando se presentaba algún tipo de inconveniente que interrumpiera su horario o rutina, lo hacía por las noches o muy temprano en la mañana. No importaba a qué hora se fuera a la cama o cualquier necesidad que no cubriera, tenía que ejercitarse sí o sí.

Y Yoongi creía firmemente en que aquel extraño amor se debía a que se le había caído a su madre cuando era pequeño.

-Por favor, cambia esa cara -Le pidió Jeon Jungkook, el chico por el cual sentía tanto odio en ese momento.

-No tengo otra.

-Yoongi hyung...

-¿Sabes? En este momento podría estar descansando en la comodidad de mi cama, pero tenías que aparecer tú con tus tontas ocurrencias -Se quejó.

-Oh, vamos.

-No, nada de oh vamos. Ni siquiera sé porqué carajo acepté venir, yo no soy atlético como tú.

-Yo sé que no, hyung, pero lo serás pronto. Después de un tiempo incluso disfrutarás venir.

-Sí, seguramente yo seré...

«¿Qué?»

Su cerebro se detuvo por un momento. Intentó procesar lo que acababa de oír.

¿Aún conociéndolo a él y su floja naturaleza se atrevía a decir algo como aquello?

-¿Tú crees? -preguntó con una chispa de duda resaltando en sus ojos.

Jungkook sonrió ampliamente.

-Te lo aseguro.

Yoongi lo pensó un poco. Se llevó una mano a la barbilla, contemplando la posibilidad de lo que sucedería si lo que decía Jungkook llegara a ocurrir. Por un momento pudo imaginarse a sí mismo teniendo un cuerpo fornido como el de su amigo, pero la imagen desapareció un segundo después, y se rindió ante su perezosa y para nada optimista mente.

-No, no lo creo.

-¡Yoongi!

-¿Desde cuando me llamas Yoongi, mocoso irrespetuso? -reprendió al instante.

-Hyung, es que...

-Jungkook, por favor, sé realista, ¿quieres? Teniendo en cuenta mi pésima condición física y que seguramente me uses de tu trapeador, puedo decir que este será el primer y único día que te acompañaré.

El gimnasio de los Park - [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora