CUARTO MES

25 10 0
                                    

Yoongi hacía ejercicio muy cómodamente en uno de los aparatos que, por mera casualidad habían comenzado a agradarle. No se debía a que se encontraba en la primera planta, muy cerca de recepción, para nada; mucho menos a que la posición en que lo hacía le permitía ver al bonito instructor mientras él hacía su trabajo, no. Simplemente era uno de los más sencillos que, según él, existían, y eso había sido un grandioso hallazgo para él, porque había encontrado un ejercicio fácil de realizar y en el que se podía hacer un poco de tiempo mientras lo hacía.

Hacer tiempo, o perderlo, cualquiera de la dos opciones implicaba lo mismo para Yoongi.


De un momento a otro, y sin que Yoongi pudiera percatarse de ello, Jungkook había llegado hasta Jimin y había comenzado a conversar con él.

El entrecejo de Yoongi se arrugó, pero no porque sintiera celos o algún sentimiento parecido a aquel, lo que realmente removía su interior era el aumento desmesurado de un montón de tonterías que solo lograban confundir a su mente, porque mientras Jimin y Jungkook hablaban, ambos se mantenían mirándolo fijamente, y Yoongi no podía encontrar algún motivo para que algo así ocurriera que no fuera otro que estuvieran hablando de él.

Y Yoongi odiaba que hablaran de él.

Aunque quizás odio era una palabra muy fuerte para denominar a lo que realmente sentía, porque si bien era cierto que solía molestarle que las personas le miraran de esa manera, en esa ocasión únicamente se debía a que se sentía muy avergonzado por lo que podrían estar diciendo acerca de él, por lo que Jimin pudiera estar diciendo o escuchando.

Cuando logró volver a la realidad, notó que Jungkook se acercaba, caminando hacia él, demasiado serio para su gusto. Sintió calor subir a sus mejillas y de inmediato supo que que estaba rojo. Intentó disimular el sonrojo bajando la vista al piso y la fijándola en la marca de una sucia pisada. Analizó la forma y pensó que... era muy idiota por estar analizando una pisada.

-Hyung, ¿qué haces? -Le preguntó.

Yoongi se sintió confundido y nervioso. Lo que fuera que estuvieran hablando Jimin y Jungkook había sido suficiente para llevar a su amigo a interrumpir su rutina e ir y pararse frente a él. Jungkook jamás interrumpía su rutina. Eso no significaba nada bueno para Yoongi.

-Me estoy ejercitando, ¿qué no ves? -respondió, fingiendo tranquilidad.

Jungkook formó una mueca que Yoongi no pudo descifrar.

-Sí lo veo... Pero es... -murmuró dudoso. Había comenzado a verse apenado por alguna razón-. Olvídalo. Dice Jimin que tienes que cambiar tu rutina.

Sintiéndose de algún modo atacado, Yoongi se sintió descuadrar sobre la máquina. Soltó las agarraderas y prestó total su atención a su amigo.

-¿Qué? ¿Por qué? -chilló-. Si apenas me estoy acostumbrando a esta.

-Exactamente por eso -Jungkook lo miró con obviedad-. Tu cuerpo se está acostumbrado a esa serie de ejercicios y si sigue así, aunque aumentes el peso o las repeticiones no se notarán tus resultados porque tus músculos ya lo tomarán como algo... común.

Involuntariamente, Yoongi formó un puchero con sus labios y comenzó a refunfuñar y hacer un enorme berrinche dentro de su mente, porque aunque ya no resultara ser tan difícil para él ejercitarse como había sido en sus inicios, no quería avanzar, no quería aumentar los niveles ni los pesos de sus ejercicios. Se sentía hasta un poco cómodo haciendo los que ya estaban dentro de su rutina, ¿por qué justo cuando eso sucedía tenía que cambiar? Era una completa mierda.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 06 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El gimnasio de los Park - [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora