Capítulo 2: "El chico detective y el caso de la desconocida de rizos y violín"

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Llegaron las 4:20 y a pesar de no haber tenido la suerte de volver a ver a esa chica pos no había podido evitar pensar en ella todo el día hasta la hora en que ya tenía que salir de la escuela. Pero como gran ocurrente que soy me dirigí decidido hasta la puerta de la escuela con la esperanza de verla cuando saliera, si la casualidad ya hizo encontrarnos por primera vez, tal vez esa casualidad me quiera tanto que puede que nos haga coincidir de nuevo, eso pensé.

Estuve parado en la puerta de la escuela casi por una hora, y aunque mi fe de verla no disminuía, mi hambre si aumentaba, y ya mi paciencia estaba en 1%. Ya casi eran las 5:30 y aún estaba en la puerta de la escuela mientras que mi hambre e impaciencia me consumían, así que no tuve más remedio que irme para mi casa un poco decepcionado y odiando a la casualidad por haber visto a aquella chica de rizos esponjosos de nuevo. Llegue a mi casa a eso de las 6:25 con el cansancio de todo el camino y con ganas de bañarme a ver si de algún modo despejaba mi mente.

Me quité el uniforme y lo dejé tirado por toda la casa como de costumbre, algo por lo que mi madre solía pelearme siempre. Después de haberme bañado me dispuse a hacer las tareas, algo que odiaba hacer y más si eran de mates, me molaba más historia y química. Ya alrededor de la 8 había terminado mis quehaceres de la escuela y me puse a preparar mi mochila con los libros de las asignaturas que me tocaban al día siguiente mientras mi madre ponía la mesa para comer.

En la mesa por lo común mis padres hablaban de su día en el trabajo y de las cosas de la casa, mi madre era administradora de lo que sería mi futura escuela cuando terminara la secundaria en la escuela de arte y mi padre era jefe de recursos humanos en una empresa. Mientras mis padres hablaban de sus cosas me vino a la mente la imagen de la chica, y se dirán ¿otra vez? Pues si otra vez esa chica era realmente hipnótica y por ahora era todo un reto sacarla de mi cabeza, sus rizos y su sonrisa paseaban por mi mente, ya era su marioneta y ella ni sabía que me había poseído. Fui para mi cuarto después de haber comido todo atontado de pensar tanto en ella, si me hubieran visto la cara en ese momento no hubieran podido evitar reírse de mi expresión.

Me tumbé en la cama y me puse a idear un plan para encontrar a esa chica, aun no pensaba que le iba a decir o que iba hacer cuando la encontrara, pero decidí no preocuparme por eso por el momento, ¿lo importante era que tenía que encontrarla no? Así que pensé en llegar bien temprano a la escuela y usar la táctica de pararme en la puerta de la escuela a esperar que llegara, pero me pesaba mucho levantarme más temprano de lo común y estaba dudoso de esa táctica ya que igual me iba a quedar sin saber quién era, aunque la viera de nuevo.

Y fue cuando pensé en el matutino, casi todos los alumnos suelen reunirse en la plaza de la escuela o por sus alrededores ya que ahí es donde se hace el matutino, todos los grupos se forman en filas, se canta el himno nacional y se dan las orientaciones del día, este plan lo veía mucho mejor, ya que la podría ver y ver con quien se reúne y ya tenía una pista de como averiguar aunque sea su nombre y por decantación podría saber en qué grupo estaba. ¿La verdad no soy tan mal detective no creen? Elemental mi querido Watson elemental.

Toda la noche estuve pensando en mi plan y como seria cuando la viera, tanto pensé hasta que me quedé dormido. Esa noche tuve uno de mis mejores sueños, y si creen que fue con ella, están en lo correcto, lo fue. El mundo parecía perfecto a su lado, o así parecía serlo en mi sueño. La verdad no recuerdo mucho, solo tengo imágenes borrosas de estar corriendo con ella, tomados de la mano por lo que creo q es un prado o algo así, pero, como los sueños son sueños y solo eso son terminé despertando y ya era hora de alistarme para ir a la escuela y poner en practica mis habilidades de detective.

Me levanté con gran ímpetu, fui a lavarme la cara y cepillar mis dientes y me puse el uniforme lo más rápido que pude. Cuando bajé mi madre ya me tenía el desayuno en la mesa, me tomé el jugo, recogí mis cosas y me fui con el pan entre los dientes. El camino a la escuela pareció corto de las ganas y el apuro que tenía por llegar. Al fin la escuela, entré con muchas ansias y me dirigí hacia la plaza de la escuela, aún no habían muchos estudiantes así que fui hasta donde estaban algunos de mis compañeros del aula, los saludé y me puse en lugar en el cual pudiera tener buena visión de la plaza y de los que llegaban. El tiempo pasaba y la plaza ya comenzaba a llenarse, y todavía nada de la chica.

Ya casi eran las 7:30 y mis esperanzas estaban un poco deprimidas, yacía casi cabizbajo hasta que de repente, vi unos pasos firmes entrando a la plaza, mientras levantaba mi cabeza podría ver su falda bien planchada y pensé ¿será ella? Bueno chicos prepárense que ahora viene un momento de tensión profunda.

Entonces como les decía tenía los ojos puestos en su falda y fui levantando mi vista, pasé su blusa y divisé su rostro, mi mente volvió a quedar en blanco, no pude evitar quedar como tonto de nuevo con su sonrisa, se veía más hermosa que la primera vez, su cabello bien arreglado resaltaba sus ojos que tan bien eran negros los cuales no pude dejar de mirar, ella era única entre todas las chicas de la escuela y no lo podía creer era ella, ósea ELLA la chica que no salía de mi mente, ella fue hasta donde estaban sus amigas y yo seguía embobecido. Sonó la campana para formar, me formé con los de mi aula casi sin despegar la vista de ella.

Estaba tan feliz de haberla visto de nuevo y ya sabía con quien se reunía y que al parecer era de 7mo igual que yo y se formó con la gente del grupo 1 yo estaba en el grupo 3, ya tenía una pista de cómo encontrarla de nuevo y propiciar encuentro. Toma ya, muérete de envidia Agatha Christie, esas fueron las palabras que vinieron a mi mente en ese momento ya que mi plan había funcionado, y con los elementos que tenía podría dar por cerrado este caso.

El diario de mis desamoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora