El diario de mis desamores

Capítulo 6: "Desde cero"

Cómo ya saben la partida de Mya fue algo que me costó un poco de trabajo superar, pero tuve que hacerlo si o si porque como dice José José la vida sigue igual. Con muchos chocolates y mucha terapia por parte de mis amigos logré dejar un poco en el pasado a Mya y disfrutar las vacaciones, las cuales fueron más que aburridas.

Paolo se fue de visita a Italia con su familia, a pesar de ser su lugar de origen hacía mucho tiempo que no iba, así que sus padres decidieron pasarse todas las vacaciones allá. Teo y yo nos quedamos en nuestros respectivos sitios, aunque pasamos juntos casi todos los días.

Fuimos muchas veces a la playa, y hubo alguna que otra fiesta de por medio, pero nada relevante, aprendí a montar bici, tuve muchas caídas de skate y la experiencia más intensa fue cuando Teo y yo le robamos un paquete de galletas a un hombre que tenía un puesto por la calzada y este nos persiguió gritando ¡Mis galletas por toda la calzada!

Muchos pensarán que era un delincuente juvenil, pero solo fue una maldad "inocente" de adolescentes, y una muy rica. Terminamos muertos de risa en un callejón comiendo galletas, si le hubieran visto la cara al tipo y la manera en que corría, si lo hubiéramos grabado y luego subido para YouTube de seguro se hubiera vuelto viral.

De ahí en fuera casi todos los días eran monótonos, mucho tiempo de siesta, algo de estudio, y más tiempo de siesta. No les he curioso que cuando están en la escuela se mueren porque lleguen las vacaciones, pero cuando ya llegan las esperadas vacaciones luego de que pasan algunas semanas, extrañan la escuela de forma rara y quieren que empiecen las clases, no se a ustedes, pero a mi si me pasaba eso.

Paolo regresó con su familia desde Italia 4 días antes que empezara el nuevo curso escolar. Como no podíamos ir al aeropuerto, lo esperamos escondidos en su casa y le dimos una gran sorpresa, aunque por poco muere del susto estaba tan feliz de vernos como nosotros a él.

Paolo nos contó lo bien que la había pasado en Italia, nos contó de todos los lugares a los que había ido y que no se acordaba de que sus nonos fueran tan buenos. También nos trajo a Teo y a mi algunos suvenires, a Teo le trajo una góndola miniatura la cual el miró un poco raro porque no sabía qué hacer con eso y a mí me trajo un pulóver que decía en la parte de adelante TI VOGLIO Roma.

Por cierto, entre ustedes y yo, nunca me puse ese pulóver, no porque no me gustara o estuviera feo sino porque no era mi talla y me quedaba más que apretado y en ese tiempo yo era medio gordito. En esos días Paolo era el centro de atención y le preguntábamos mucho sobre Italia y de vez en cuanto le soltábamos una que otra cosa absurda sobre Italia.

Esos días pasaron volando y la escuela ya estaba tocando la puerta, me pesaba mucho tener que levantarme temprano nuevamente pero no había más remedio. El primer día de escuela era el día que más temprano me levantaba supongo que a pesar de todo estaba ansioso por empezar. Ya saben lo mismo de siempre me levanté, me cepillé los dientes, fui a desayunar y partí para la escuela de arte.

Cuando llegué había ya muchos estudiantes, aunque no había llegado ni la mitad de la escuela. Mientras esperaba a que algún conocido de mi aula o Teo y Paolo llegaran me vino el recuerdo de Mya a la mente y de la vez que la esperé sentado en ese mismo sitio para verla llegar al matutino, la idea de no volver a verla llegar a la escuela con sus rizos me entristeció por un momento.

Mientras yo estaba en la luna de Valencia pensado en Mya, llegaban Teo y Paolo que me hacían señas desde lejos mientras iban hacia donde yo estaba. Cuando llegan me saludan y lo primero que hacen es preguntarme porque estaba tan pensativo, lógicamente yo evadí su pregunta y me hize el despistado.

Mientras esperábamos que empezara el acto de inicio de curso Teo, Paolo y yo fuimos a dar una vuelta por la plaza a ver si veíamos a más personas de nuestra aula, pero al parecer aún no había llegado nadie, pero si habían tres chicas sentadas en uno de los bancos de la plaza y una de ella se quedó mirando a Teo.