Principe malvado

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Capítulo 131: ¿Qué está pasando?

Feng Qingtian se dio la vuelta y abandonó el bosque.

Gu Bailu se frotó las manos. Multa. Debería ser castigado por llegar tarde.

Aunque no tenía su brazalete con ella, podía capturar almas sin él después de subir de nivel.

Gu Bailu se adentró en el bosque. Encontró el entorno intimidante.

Miró a su alrededor, solo para ver muchos ojos feroces.

Gu Bailu se apresuró a dibujar una runa, e inmediatamente apareció una estrella brillante.

"Explota ..." La estrella golpeó a los monstruos en las profundidades del bosque.

Inmediatamente, innumerables monstruos atravesaron el bosque como una inundación abrumadora.

Gu Bailu lanzó un hechizo con calma, y ​​la estrella pasó a través de los monstruos.

Los monstruos inmediatamente cayeron al suelo con fuertes golpes.

No fue hasta entonces que Gu Bailu se dio cuenta de que estas bestias eran tan grandes como rinocerontes y tenían pieles tan gruesas como cocodrilos.

Sus rostros eran aún más horribles que los de los sapos.

Gu Bailu fue a recoger sus almas. Estaba bastante familiarizada con este trabajo. Las almas de las bestias y de los humanos eran esencialmente las mismas.

Sin embargo, todavía le tomó toda la tarde reunir un centenar de ellos.

Ella almacenó todas las almas que recogió. Estaba a punto de regresar cuando una enorme sombra se abalanzó sobre ella.

Gu Bailu miró hacia atrás y se sorprendió. La bestia era demasiado enorme para que ella pudiera esquivarla.

Tocó las runas de teletransportación que llevaba.

Esta fue una buena oportunidad para probar si eran útiles.

Sin dudarlo, lanzó una runa de teletransportación. Después de un destello, Gu Bailu se encontró en una cama.

Se sentó apresuradamente. Feng Qingtian la miraba fríamente debajo de ella. "¿Has completado tu tarea?"

Gu Bailu estuvo aturdido durante mucho tiempo. Su destino había sido el dormitorio.

¿Cómo diablos había terminado en la cama de Feng Qingtian?

"¿Por qué estoy aquí?" Gu Bailu estaba desconcertado.

Feng Qingtian la giró. "Se está haciendo tarde. Continuemos desde donde lo dejamos anoche ".

"Que me condenen si continúo con eso". Gu Bailu maldijo furiosamente.

Hazlo conmigo o muere. Elige ahora ".

"¡No elijo ninguno!" Gu Bailu se golpeó las sienes.

Feng Qingtian la agarró. “No luches. No puedes vencerme ".

De repente, la puerta se hizo añicos y una bola de fuego se precipitó hacia Feng Qingtian.

"Si ella no puede, todavía estoy yo".

Gu Bailu se puso de pie mientras Feng Qingtian esquivaba y estaba a punto de correr hacia Gu Yunjing.

Feng Qingtian, sin embargo, de repente dejó de esquivarla y la envolvió en sus brazos. La bola de fuego lo golpeó de lleno.

Gu Bailu lo escuchó claramente gritar de dolor.